«Tenemos un problema de elusión fiscal y ningún gobierno ha mostrado voluntad de enfrentarse a él»
Carlos Cruzado | Presidente del Sindicato de los Técnicos de Hacienda (Gestha) ·
El portavoz del personal de la Agencia Tributaria señala desde Cantabria que hay que trasladar la «lupa» del fisco hacia los grandes patrimoniosCasi ningún sistema es perfecto. Mucho menos uno que ya cuenta cuatro décadas y que en diferentes aspectos está desfasado. Más si cabe en un ... país en el que, por su naturaleza productiva, el 'dinero negro' sigue corriendo con alegría. Carlos Cruzado (Madrid, 1958), presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha), explica desde la localidad cántabra de Isla que para que la ciudadanía acepte cambios fiscales hay que reducir notablemente la economía sumergida.
-¿Cómo está actualmente la economía sumergida de Cantabria?
-Los datos que tenemos no están muy actualizados. Tenemos un informe de hace ya unos años y Cantabria se encontraba más o menos en el término medio. Nuestra media entonces era el 24,6%. El último dato que manejamos para España es el del Fondo Monetario Internacional (FMI), que la sitúa en el 22,01%. Es cierto que con el confinamiento lógicamente bajaron los niveles de economía sumergida, pero es probable que ahora vuelvan a despuntar otra vez y que volvamos a situarnos de nuevo por encima de la media europea, triplicando los datos de Alemania o duplicando los de Francia. Tenemos un problema de elusión fiscal importante y hasta ahora ningún Gobierno ha demostrado una voluntad firme y decidida de enfrentarse a él.
«La economía sumergida estaba en la media, pero en presión fiscal sí está por encima»
-¿A día de hoy dónde se hallan las grandes bolsas de fraude, en pymes o en la gran empresa?
-En su momento hicimos un análisis con datos de la Agencia Tributaria en base a las unidades de inspección y los datos de pymes y grandes empresas. Entendemos que en las grandes no sólo hay un nivel de elusión fiscal importante, sino también de fraude. En los grandes grupos son más prácticas de planificación y elusión fiscal, que preocupan no sólo en España sino a nivel europeo. Eso de que el fraude está concentrado en el fontanero 'con IVA o sin IVA' no refleja la realidad. Hay grandes tramas que poco a poco van saliendo a la luz. En los grandes patrimonios también está bastante focalizado. Aquí la intención es concentrar más esfuerzos, pero no hay una política de recursos que la corrobore. La deuda media levantada son 1.000 euros. Hay que modificar la situación y desplazar la lupa de la Agencia Tributaria.
-¿Y qué sectores aglutinan el mayor peso de este fraude?
-En su momento el boom inmobiliario hizo que se concentrara el fraude en las promociones. Al estallar la burbuja esto cambió algo. Ahora podemos hablar del turismo y del sector servicios, que concentran mayor volumen de efectivo.
«Hay que tocar todo el sistema, pero Sociedades es el que provoca el gran agujero»
-¿Cómo ve Gestha el nuevo impuesto que propone el Gobierno para energéticas y banca?
-Estamos en un momento complicado a nivel internacional, con muchas cosas en poco tiempo. Tras la crisis financiera de 2008 ya se impusieron impuestos a la banca. El déficit y caída del PIB por la pandemia, junto con el extraodinario gasto público, ha supuesto un desequilibrio que ha llevado a plantear gravar a aquellas empresas que han tenido beneficios en mayor medida. Hay países como Dinamarca que ya establecieron tributos de este tipo. Hungría también lo tiene. Italia lo está planteando... En España todavía no sabemos. El anuncio del presidente -Pedro Sánchez- todavía no ha sido concretado. Parece que el de las energéticas gravará los beneficios extraordinarios, aunque habrá que ver cómo se calculan. El de la banca es un poco más problemático. Se habla de un porcentaje de intereses y comisiones. Hay distintas opciones. Cierto es que la de incrementar el impuesto de sociedades es la más complicada y, en paralelo, la más fácil de eludir por parte de los bancos. No se habla mucho de que hay un impuesto a la banca desde hace años, a los depósitos en las entidades de crédito, que recauda 400 millones anuales.
-El Gobierno promete que no se podrán repercutir a los ciudadanos.
-Se habla mucho de esto. Es complicado prohibirlo. Pero siempre se habla cuando se plantea lo de subir impuestos a este tipo de entidades. Lo cierto es que estando en una economía de libre mercado como la nuestra es la competencia la que también marca la demanda. Ahí es donde la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia debe extremar su vigilancia para que no haya grandes acuerdos.
-¿Qué le parecen las medidas del Ejecutivo nacional para contener la escalada de precios?
-En un primer momento las actuaciones vinculadas a la reducción impositiva en la electricidad, con la eliminación del impuesto de generación o la bajada del IVA, ya fueron señaladas por Gestha como insuficientes para parar la escalada de precios, como así ha sido. Ha ocurrido lo mismo con los carburantes y los 20 céntimos. Ahí entendíamos que podía ser una medida eficaz durante un corto plazo, pero no creemos que sea conveniente perpetuarla. Coincidimos con la regresividad de estas medidas. La de la electricidad no va contra la inflación, sino todo lo contrario. En cambio, la bonificación a los bonos de transporte público sí va más en la línea que marca Europa, no sólo por los precios, sino por la necesidad de reducir consumos energéticos de cara al próximo invierno.
«No comparto esa percepción; es difícil que así sea mientras no tengamos más recursos»
-¿Cuánto está recaudando de más el Gobierno con esta inflación?
-El presidente, Pedro Sánchez, ha hablado de unos 15.000 millones. Él lo planteaba como el colchón para cubrir todos estos gastos y medidas extraordinarias. Nosotros nos hemos manifestado en línea con que haya una cierta deflactación de la tarifa, sobre todo en los mínimos, que debería ir acompañada de una mayor aportación de contribuyentes con mayor poder adquisitivo.
-¿Cómo ve la presión fiscal de Cantabria respecto a otros territorios de su entorno?
-Está en un nivel medio o por encima de la media. No en un nivel bajo. Eso nos salía de un examen hecho de las presiones fiscales hace unos meses.
-Ya a nivel nacional respecto a Europa, ¿hay que incrementar esa presión fiscal?
-Reiteradamente se habla de esto. Hay un diferencial importante, entre cinco y siete puntos, que con la caída en la pandemia se ha acortado a entre cuatro y cinco puntos, según Eurostat. Esto supone casi 60.000 millones de euros menos. Hay una reforma fiscal pendiente. Los diferentes gobiernos parece que van orillando los análisis de los expertos. Tampoco se ha abordado el cambio de modelo de la financiación autonómica. Nuestro sistema fiscal tiene 40 años y ha sufrido muchos parcheos. Para que esa reforma sea aceptada por la ciudadanía es necesario reducir el fraude. Para ello necesitamos más medios y que se dote de más funciones a los técnicos.
-¿Dónde hay que poner el mayor foco en esa reforma fiscal?
-Hay que tocar todo el sistema. Los grandes tributos pero también los impuestos cedidos. Hay que dotar al sistema de mayor progresividad. Sin embargo, es Sociedades el que provoca el mayor agujero. Recauda un 46% menos que en 2008. También es cierto que requeriría de una decisión a nivel global, no sólo de país.
-Los gestores administrativos y varios empresarios han advertido un incremento de inspecciones y requerimientos de Hacienda tras el confinamiento, ¿comparte esta percepción?
-No. Esto ocurre también de vez en cuando, con regiones hablando de una mayor presión respecto a otras. Hacienda cada vez tiene más fuentes de información y por tanto más es efectiva. No se ha elevado a nivel general, y es difícil que lo haga mientras no tengamos más recursos, aunque es cierto que ha mejorado toda la gestión y análisis de los datos. De hecho, en los últimos años vemos una caída de las inspecciones más globales.
Fin del dinero en efectivo
«Creo que aún le quedan años de vida»
-¿Cuánta vida le queda al dinero en efectivo?
-Yo creo que le quedan años de vida. La pandemia hizo repuntar el uso de tarjetas o moneda electrónica en España. Hay sectores, sobre todo las personas de mayor edad, que se resisten. Hay países como Noruega donde no se ve un billete. Esa es la tendencia, pero en España es muy difícil una eliminación importante del efectivo.
-¿Cómo se ve desde Hacienda el auge de los criptoactivos?
-Gestha siempre ha sido muy cauto con el tema tras el boom de los últimos años. Ha ido derivando en un activo muy especulativo. Había voces que lo equiparaban con el oro, pero se ha visto que no ha sido así.
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