El Puerto invertirá en drones e inhibidores de frecuencia para frenar la entrada de polizones
Santander constata un cambio de tendencia, con menos intrusiones pero «más dañinas» y trasladadas a los muelles del interior del recinto
El pasado 10 de junio, el Grupo GOF, que gestiona la terminal agroalimentaria del Puerto de Santander, presentaba en sociedad los servicios de cuatro perros ... rastreadores que había contratado para blindar su actividad a la entrada de polizones ilegales. El motivo fundamental, que unas semanas antes, en abril, el capitán de un mercante con destino hacia Estados Unidos que había cargado en la terminal material de uno de sus clientes, la fabricante de aerogeneradores Vestas, se había dado de bruces en la cubierta del buque con cuatro intrusos. El incidente ejemplificaba el cambio de tendencia que se estaba produciendo en los dominios portuarios, toda vez que las intrusiones se estaban extendiendo desde las inmediaciones de la terminal de Brittany Ferries, a salto de valla del centro de la ciudad, hacia el interior de los muelles donde operan las empresas, un enclave mucho más lejano y, en principio, también mucho menos accesible para entradas clandestinas.
Aquel suceso se produjo en el Muelle 4 de Raos y el Puerto tomó nota, contratando incluso los servicios de perros para otras actividades, como la de los contenedores. Pero la organización que preside Jaime González tiene previsto ir más allá e implementar diversas medidas para cerrar la puerta a estas incursiones irregulares, la mayoría de las cuales encarnadas por albaneses que, inicialmente buscaban una vida mejor en Reino Unido escondidos en el ferry, pero que ahora están abriendo su abanico de destinos, como ejemplifica el mencionado suceso con el mercante que cargaba material eólico rumbo a Houston.
El área de Raos 8 y el tráfico de contenedores se han erigido como epicentro de incursiones
nuevo foco
El Puerto vuelve a advertir internamente del riesgo de fuga de empresas por estas circunstancias
consecuencias
La cúpula de la APS sigue con preocupación la evolución del fenómeno. En lo que a 2020 respecta, la organización constata un número menor de intrusiones en su recinto pero que, por contra, están produciendo daños más severos, en especial en la zona de Raos 8, donde se efectúa el tráfico de carga en contenedores promovido por la naviera CLdN. El Puerto ha pedido a sus consejeros cerrar filas y un apoyo expreso a la adopción de diversas medidas para frenar las entradas irregulares.
«Gran inversión»
Entre la lista de iniciativas contra los polizones aparece un incremento de vigilantes jurados; el uso de inhibidores de frecuencia; reforzamiento del perímetro exterior; un muro de hormigón; cámaras de vigilancia; perros rastreadores; e, incluso, el empleo de drones con capacidad de localización técnica y que de forma inmediata permitan dar aviso a la Guardia Civil.
Más perros, vigilantes jurados o un muro de hormigón adicional, en la lista de propuestas
actuaciones
La APS define como «inexcusable» la inversión que deberá asumir en planes defensivos
necesidad
El Puerto asume que la implementación de estas propuestas llevará aparejada una «gran inversión», pero de nuevo razona que el desembolso es «inexcusable» para evitar que la situación acabe haciendo perder operadores. De momento, en la zona de Raos 8 se han constatado en los últimos meses «serios daños» en mercancías y bienes.
No obstante, la APS ya ha ido adoptando medidas para preservar sus intereses y los de las empresas que operan en sus terrenos. Valga como ejemplo el muro de hormigón de 4 metros de altura que la organización licitó a comienzos de año para proteger los remolques y los camiones que se introducían en los barcos de Brittany Ferries rumbo a Reino Unido. Una decisión que fue acompañada de nuevas actuaciones preventivas, como un incremento de las dotaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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