RIC reduce un 75% la capacidad de su fábrica de hidrógeno en Sniace y agrega más negocios al plan
La compañía solicita al Gobierno de Cantabria que el proyecto sea declarado estratégico y beneficiarse de la nueva Ley de Simplificación
Dentro de las incertidumbres que rodean el futuro de los terrenos industriales de Sniace, tanto por los retrasos en el desmantelamiento final de la ... antigua cotizada con complejo fabril en Torrelavega como por los cambios en el sector secundario europeo en los últimos tiempos, RIC Energy trata de avanzar con su proyecto para el corazón del Besaya vinculado a la producción de hidrógeno. Eso sí, en línea con la nebulosa que atraviesa este sector, especialmente por las barreras tecnológicas y financieras actuales para el desarrollo de dicho vector energético, el promotor de proyectos renovables ha puesto negro sobre blanco su intención, anunciada a El Diario, de redefinir su plan para Cantabria.
La hoja de ruta actual modifica sensiblemente el planteamiento inicial y presentado por todo lo alto en diciembre de 2023 ante instituciones, empresarios y sociedad civil de la región. En aquel momento se defendió la relevancia de que la planta para la obtención de hidrógeno verde y derivados fuera una de las mayores de Europa, así como la importancia de que igualmente estuviera en disposición de estar operativa antes que otras muchas competidoras en la UE. Año y medio después de aquel argumentario, RIC Energy ha reducido un 75% la capacidad de la factoría de Torrelavega, que ahora contempla un potencial de 250 megavatios, frente a los 500 del proyecto inicial en una primera fase, más otros 500 en una segunda etapa.
El dato
250 megavatios
plantea ahora RIC para producción de hidrógeno, frente a 1.000 en origen.
La compañía, aliada con la cántabra Copsesa y con la que adquirió los suelos en subasta pública en julio de 2023, ha solicitado al Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Industria, que su proyecto sea catalogado como estratégico empresarial en virtud de lo dispuesto en la nueva Ley de Simplificación Administrativa aprobada por el Ejecutivo regional. Dicha distinción, además de acortar plazos en la tramitación, allanaría el camino para la obtención de subvenciones para la actuación.
La petición, cursada por el propio CEO de RIC, José Luis Moya, detalla que además de la fábrica de hidrógeno se levantará una planta de producción de combustible sintético de aviación (SAF), así como la infraestructura asociada (hidroductos, canalizaciones de agua, conducciones de vertidos y la propia línea eléctrica).
La propia dinámica del mercado evidencia la complejidad de todos estos procesos. Un gigante como Shell anunció este mes su renuncia a terminar una planta de biocombustibles y SAF en Rotterdam que ya tenía a mitad de ejecución por su elevado coste.
Biomasa y cogeneración
La recomposición en Torrelavega enfrenta otros retos de calado. Uno de ellos, evidente, el energético. Según ha trasladado RIC a Industria, la producción de hidrógeno tendría un suministro garantizado a través de un PPA (acuerdo a largo plazo) de origen renovable. EDP, junto al resto de grandes eléctricas del país, desveló días atrás a instancias de Competencia que la red cántabra actualmente está saturada, por lo que son necesarias nuevas inversiones para poder abordar este tipo de actuaciones.
Los promotores contemplan diferentes posibilidades que elevarían el coste de todo el proyecto. Según han trasladado a diversas instituciones autonómicas y locales, entre las opciones se encuentran una planta de biomasa -de encaje complejo ante la ya operativa de Armando Álvarez y la futura de Solvay, ergo faltaría materia prima cercana- y una nueva cogeneración, tras retirar la que empleaba Sniace.
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