Un ataque terrorista deja más de 20 turistas muertos en el noroeste de India

«El tiroteo se ha producido delante de nosotros», ha comentado un testigo a India Today. «Pensamos que alguien estaba tirando petardos, pero cuando oímos a otras personas gritando salimos rápidamente de allí. Salvamos nuestras vidas y corrimos», ha añadido. Otros no han tenido tanta suerte. «Han disparado a mi marido en la cabeza, y otras siete personas cerca de nosotros han resultado heridas», ha declarado una superviviente a Press Trust of India (PTI). Diferentes vídeos publicados en redes sociales muestran varios cuerpos inertes sobre una pradera y a sus allegados pidiendo ayuda.

Aunque las fuerzas de seguridad, muy presentes en todos los rincones de esta región cuya soberanía reclaman para sí India y Pakistán, han respondido con celeridad a la petición de ayuda, el difícil acceso de un lugar al que solo se puede llegar caminando o a caballo ha dificultado la operación. Y todavía no está claro si se han enfrentado con los terroristas, ni si alguno de ellos ha sido reducido y detenido.

«Se han puesto en marcha operaciones antiterroristas para neutralizar a los atacantes. Toda la nación está indignada y la sangre de nuestras fuerzas hierve. Quiero asegurarle a la nación que los perpetradores del ataque de Pahalgam tendrán que pagar un alto precio por su atroz acto», ha declarado el gobernador de la región, Manoj Sinha, dejando entrever que la operación continúa. «Ha sido un atentado contra población civil mucho más grande de los que hemos visto en los últimos años», ha añadido el ministro principal Omar Abdullah.

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No en vano, es la acción terrorista más mortífera en la región desde 2019, cuando un ataque suicida segó la vida de 47 agentes de policía. Y ha sido reivindicada ya de noche por el Frente de Resistencia Lashkar-e-Taiba, que llevan décadas embarcado en la lucha armada. De hecho, entre 2014 y 2024 se registraron en torno a 2,000 ataques en los que fallecieron más de 1.500 personas. Aunque el año pasado se produjo un repunte, su número iba descendiendo y eso había impulsado al gobierno a tratar de promover el turismo como fuente de ingresos en la región. A pesar de las dificultades para viajar a la zona, caracterizada por numerosas restricciones, 3,5 millones de turistas -sobre todo nacionales- la visitaron en 2024.

«Ha sido un ataque cobarde. Y estos terroristas paquistaníes no pueden hacer frente a los valientes soldados del ejército indio, la policía de Jammu y Cachemira, y nuestras fuerzas paramilitares, por lo que han atacado a civiles desarmados que visitaban la zona», ha afirmado Ravinder Raina, del mismo partido que el primer ministro Narendra Modi -BJP-. «El objetivo es sembrar el miedo al comienzo de la temporada turística. Siendo el turismo una fuente tradicional de ingresos en Cachemira y fuertemente vinculado a los esfuerzos de normalización del gobierno, los terroristas querían transmitir el mensaje de que Jammu y Cachemira sigue en ebullición», analiza el periodista del Times of India.

La respuesta ciudadana no se ha hecho esperar. En las ciudades más cercanas se han llevado a cabo manifestaciones y vigilias en protesta por el atentado y para desear una pronta recuperación a la docena de heridos que han tenido que ser evacuados en helicóptero o en ponis de los habitantes locales y que luchan por su vida en diferentes hospitales. De forma paralela, en las redes sociales ha estallado la rabia de los hinduistas, que llaman a tomar duras acciones de represalia contra los musulmanes, sean terroristas o no. Es un peligroso caldo de cultivo que ya ha estallado en India en otras ocasiones.