Trump contra los jueces de Israel
Juanjo Sánchez Arreseigor
Historiador, especialista en el mundo árabe e islámico contemporáneo
Martes, 1 de julio 2025, 21:39
Donald Trump intenta chantajear a los jueces de una nación extranjera, amenazándoles con cerrar por completo toda ayuda a ese país salvo que suelten a ... un amigo suyo, acusado de corrupción. ¿Ucrania? ¿Sudáfrica? ¿Panamá? Pues no; es Israel, el gran favorito de Estados Unidos desde 1948.
Trump desprecia la ley y no entiende por qué debería someterse a ella. Por lo tanto, sus amigos y favoritos deben estar exentos también. En su labor de desgobierno en EE UU ya ha dejado meridianamente claro que su única fuente de Derecho es su capricho. Todo eso que nos contaban de que en EE UU existía un elaborado sistema de equilibrios y contrapoderes para evitar una dictadura ha quedado reducido a cenizas. El republicano gobierna por decreto ignorando al Congreso, mientras que una mayoría reaccionaria en el Tribunal Supremo impide que la Justicia frene las cacicadas del emperador loco.
El pasado 25 de junio, Trump ya había salido en defensa de Benjamín Netanyahu, reclamando que la Justicia israelí cancelase el juicio o le indultase. El presidente afirmaba que el juicio era una caza de brujas, que es lo que alegan siempre los políticos granujas cuando les pillan. Entonces lo pedía por las buenas. Tres días después, como le han ofendido al no hacerle ni caso, lo demanda, lo exige, lo ordena.
Trump desprecia la ley y no entiende por qué debería someterse a ella y, por lo tanto, sus amigos y favoritos deben estar exentos también
Ahora bien, al poner sobre la mesa las enormes sumas de dinero que Israel recibe de EE UU, Trump ha abierto una caja de Pandora peligrosísima para Israel. Durante 76 años, EE UU le ha regalado más dinero que a casi todos los demás países del mundo juntos. También enormes ayudas indirectas en forma de armas y pertrechos a precios de favor, ayudas inmateriales en forma de información, fotos de satélite, gestiones diplomáticas a su favor, vetos sistemáticos en la ONU a cualquier resolución critica con los israelíes…
Pero, a cambio, EE UU no recibe absolutamente nada: ni bases en territorio israelí, ni tropas hebreas para sus diferentes campañas, ni nada de nada. Costes enormes para un retorno nulo, con el agravante de que al atar su política exterior a la de Israel, EE UU se ve forzado a sacrificar sus propios intereses geoestratégicos a los de su aliado dominante. Aun así, cuestionar la situación tendía a resultar suicida para cualquier político norteamericano. Trump suele acusar a muchos países de aprovecharse de EE UU y les exige dinero, pero nunca había cuestionado al mayor gorrón de todos, que es Israel. Ahora ha profanado ese inviolable tabú por un berrinche de compadreo.
Durante 76 años, EE UU ha regalado a Israel más dinero que a casi todos los demás países del mundo juntos y también ayudas indirectas en forma de armas, información, fotos de satélite, gestiones diplomáticas a su favor…
Podría argumentarse que en EE UU opera un lobby israelí muy poderoso que se encargaría de evitar que Trump cumpla sus amenazas, pero, en realidad, tiende a ser más bien un lobby del Likud, el partido del propio Netanyahu, y de la ultraderecha colona en general más que del Estado en sí. Por otra parte, su poder depende del sistema electoral. Si el republicano decide amañar las elecciones como ya intentó en 2020, para usurpar un tercer mandato, Israel se queda sin lobby y a merced de su antes sumiso mecenas.
¿Cederán los jueces hebreos? Muy dudoso, dado que las pruebas contra Netanyahu son bastante sólidas. ¿Cumpliría Trump sus amenazas? Improbable, pero el daño ya está hecho para Israel, que se ve rebajado de aliado dominante a mero vasallo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.