Cruz Roja insta a los bañistas a que sigan las indicaciones de los socorristas con bandera roja
Los profesionales de salvamento recuerdan a los usuarios de la playas que las zonas de refresco solo permiten el baño hasta la cintura, sin adentrarse en el mar ni nadar
En estos días de mucho calor ir a la playa se convierte en una de las formas de sobrellevar las altas temperaturas que se registran en la región. Ese aumento de bañistas supone todo un desafío a nivel de salvamento si se junta con condiciones adversas para el baño -como las sufridas este pasado domingo en numerosas zonas de la costa cántabra- y ondea la bandera roja. Ante esta circunstancia, Cruz Roja procede a acotar una zona de refresco para que cántabros y visitantes hagan frente al bochorno y puedan meter su cuerpo hasta la altura de la cintura, pero sin adentrarse en el mar ni nadar.
Alejandro Bilbao, coordinador de la zona occidental de Cantabria, subraya que la gran mayoría de bañistas «se toman en serio» el color de las banderas y más sí se debe al estado del propio mar, «ya que no engaña a nadie». «Es verdad que les cuesta familiarizarse sobre todo con las banderas que delimitan las zonas de refresco, pero en días que hace mucho calor intentamos habilitar esa zona de baño para que la gente se pueda refrescar, pero sabiendo que es un baño por debajo de la cintura».
Noticia relacionada
Siete personas mueren en las playas de Cantabria en lo que va de verano
Las zonas de refresco permiten un baño del cuerpo hasta la cintura, pero sin adentrarse en el mar ni nadar
Para Sara Fiebig, patrona de embarcación neumática en las playas de Ribamontán al Mar y de moto de agua en el Sardinero, muchos bañistas «no terminan de respetar las medidas» con la bandera roja. «En las zonas de refresco se meten más de la cuenta, y algunos acaban en la corriente», confiesa. Una tarea que se vuelve «más complicada» por la cantidad de gente en las playas. «Cada verano yo creo que es más difícil, porque hay más bañistas. Aunque se han incluido más puestos para reforzar, la cantidad de turistas que está viniendo es exagerada».
Otro de los puntos conflictivos que Fiebig destaca en estas situaciones es que hay que tenerle «respeto» al mar. «Igual muchos visitantes llegan de otras zonas con baños más tranquilos, en las que no hay tantas corrientes. Y al final aquí en Cantabria tenemos playas que, bueno, es que son peligrosas».