Macron descarta un adelanto electoral y nombrará a otro primer ministro en 48 horas
El dimisionario Lecornu da por finalizada su «misión» en las negociaciones para alcanzar un acuerdo de gobierno en Francia
La posibilidad de un adelanto electoral pierde fuelle en Francia. El primer ministro, Sébastien Lecornu, que dimitió el lunes, lo aseguró el miércoles por la ... noche en una entrevista televisiva, aunque la decisión final depende del jefe del Estado, Emmanuel Macron. «He dicho al presidente de la República que se aleja la perspectiva de una disolución» de la Asamblea Nacional, declaró el responsable del Ejecutivo, nombrado el pasado 9 de septiembre. «Pienso que la situación permite que el presidente nombre a un primer ministro en las próximas 48 horas», añadió en el telediario nocturno de France 2. El Elíseo confirmaba poco después que la elección del sucesor de Lecornu se produciría en un plazo máximo de 48 horas.
El primer ministro dimisionario acudió a la principal cadena pública gala tras haberse reunido por la tarde durante más de una hora y media con Macron. No aclaró si el jefe del Estado lo nombrará de nuevo a él o bien elegirá otro perfil para que lleve las riendas del Ejecutivo. Lecornu tampoco se mojó sobre si el presidente debe decantarse por un dirigente del centro-derecha macronista, de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR) o del Partido Socialista. También podría tratarse de un exsocialista como Bernard Cazeneuve, que abandonó estas siglas hace unos años y había liderado el Gobierno durante seis meses en 2017. Su nombre vuelve a sonar.
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Lecornu compareció en el plató de France 2 tras haber intentado unas negociaciones 'in extremis' en las últimas 48 horas. Macron le pidió el lunes por la tarde que buscara un acuerdo después de que el primer ministro hubiera presentado su dimisión por la mañana -una renuncia que fue aceptada-, apenas 14 horas después de haber formado su primer gabinete. «Mi misión se ha terminado», dijo en la cadena pública. «¿Ha concluido con éxito?», le preguntó la presentadora, Léa Salamé. «No del todo», admitió este político, cuyo mandato puede ser el más breve en la historia de la Quinta República -menos de un mes- salvo que el jefe del Estado lo designe de nuevo.
Tras haberse reunido el martes con los dirigentes de la coalición gubernamental -una alianza entre los macronistas y la derecha republicana que saltó por los aires el domingo por la noche y no está claro que pueda reanudarse-, Lecornu se reunió el miércoles con distintos dirigentes de la oposición de izquierdas, cuya frágil coalición del Nuevo Frente Popular quedó primera en los comicios del año pasado, pero no ha tenido la opción de gobernar. El encuentro que suscitó una mayor expectativa fue con la plana mayor del PS.
Reforma de las pensiones
Las discusiones giraron en torno a los presupuestos del año que viene y una posible suspensión de la reforma de las pensiones de 2023, que subió la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. Los socialistas exigen que se suspenda esa impopular medida, pero esa opción irrita profundamente a LR y divide a un macronismo cada vez más fragmentado. «No he venido aquí a hacer anuncios puesto que dimití, pero esa cuestión es uno de los escollos que bloquean» la negociación, explicó Lecornu.
Réforme des retraites : un chemin devra être trouvé pour que le débat ait lieu.
— Sébastien Lecornu (@SebLecornu) October 8, 2025
Dans une démocratie politique et sociale, on ne peut pas dire « circulez, il n'y a rien à voir ». pic.twitter.com/CVqc3dxetw
Este mandatario había abierto la puerta por la mañana a que los recortes fueran menos severos de lo previsto en un principio. Por consiguiente, el objetivo final de reducción del déficit para 2026 podría ser del 5,4% al 5% del PIB, en lugar del 4,7% previsto por el actual borrador de las cuentas públicas. «Creo que hay un camino que aún es posible, aunque es difícil» para lograr una aprobación de los presupuestos antes de final de año, declaró Lecornu. Según el primer ministro saliente, esta opción se debe a que hay una mayoría de formaciones -básicamente los macronistas, la derecha tradicional y los socialistas- que no desean unas legislativas anticipadas.
En cambio, la extrema derecha de Marine Le Pen apuesta claramente por esa salida y esta semana ha desgarrado su vestido de corderito, al negarse a negociar con el responsable del Ejecutivo. Lo ocurrido desde el lunes ha endurecido aún más la oposición de los lepenistas, que han dejado de ejercer como un partido bisagra en el Parlamento. «Apoyaré mociones de censura contra todos los Gobiernos mientras no haya una disolución (de la Asamblea), porque eso impide al pueblo de expresarse», afirmó la líder de la extrema derecha durante una rueda de prensa en una feria agrícola en la localidad de Cournon-d'Auvergne. También criticó con dureza «una actualidad política de una inmensa mediocridad» y «un lamentable espectáculo».
Desafección ciudadana
Este folletín -Lecornu es el tercer primer ministro que dimite en menos de un año- corre el riesgo de acentuar la desafección de la ciudadanía respecto a la clase política. «La crisis de régimen de la Quinta República se está acentuando. Todos aquellos franceses que se interesan poco por la política -un sector cada vez más amplio de la población- no entienden todas estas maniobras bizantinas. Ahora se dirán que solo sirven para que siga como presidente Macron, al que no pueden ver», explica a este medio el politólogo Christophe Bouillaud. Según este profesor en Sciences Po Grenoble, la derecha radical de Le Pen «sacará un provecho enorme de este momento. Si al final no hay elecciones, dirán que eso se debe a que no quieren que los franceses hablen en las urnas».
14% de los franceses
confía en Emmanuel Macron como presidente, según un sondeo del instituto Elabe. Se trata del porcentaje más bajo desde que llegó al Elíseo en 2017.
De hecho, esta enésima crisis en el segundo mandato de Macron ya le ha pasado factura al presidente con otra caída de su popularidad. Apenas un 14% de los franceses confía en él, según un sondeo del instituto Elabe publicado el miércoles en el diario económico 'Les Echos'. No solo se trata del porcentaje más bajo desde que llegó al Elíseo en 2017, sino que también supone que empate con el dato más pobre durante la más que accidentada presidencia del socialista François Hollande. Ambos dirigentes comparten el triste honor de ser los jefes del Estado más impopulares en la historia de la Quinta República.
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