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Restos de los proyectiles empleados en el ataque a la refinería en Arabia Saudí. Reuters
Irán advierte que convertirá en un «campo de batalla» los países que la ataquen

Irán advierte que convertirá en un «campo de batalla» los países que la ataquen

Teherán responde al anuncio del EE UU del envío a Arabia Saudí y los Emiratos de tropas especializadas en la defensa aérea y misiles

EFE

Teherán

Sábado, 21 de septiembre 2019, 15:03

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La Guardia Revolucionaria iraní amenazó este sábado con destruir cualquier país que ose atacar a Irán porque nunca permitirá una guerra dentro de sus fronteras, después de que Washington anunciara el envío de tropas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. «Quien quiera que su territorio se convierta en el principal campo de batalla, adelante«, retó el comandante en jefe del cuerpo militar de élite iraní, Hosein Salamí.

Ante la posibilidad de que se lleve a cabo un ataque contra Irán, aunque sea selectivo, Salamí subrayó que la respuesta de su país «no será limitada» y que están preparados «ante cualquier escenario». «Nunca permitiremos que la guerra alcance nuestro territorio (...) No pararemos hasta la destrucción del agresor y no dejaremos ningún lugar seguro«, agregó durante la inauguración de una exposición de restos de drones estadounidenses derribados por Irán.

El jefe del Pentágono, Mark Esper, informó este viernes de que el número reducido detropas que enviarán a Arabia Saudí y Emiratos «se centrarán principalmente en la defensa aérea y de misiles». «Creemos que por ahora esto será suficiente, pero esto no quiere decir que no pueda haber despliegues adicionales, de ser necesarios, basados en la situación cambiante», añadió Esper.

Así reaccionó finalmente EE UU, de un modo más moderado del esperado, ya que se planteaba desde ataques cibernéticos a operaciones clandestinas contra los lugares desde donde, según cree EE UU, Irán lanza sus drones y misiles de crucero.

Una semana de tensión

Esta nueva escalada de la tensión comenzó hace justo una semana, cuando EE UU responsabilizó a Irán de los ataques contra instalaciones de la petrolera saudí Aramco, que fueron no obstante reivindicados por los rebeldes hutíes del Yemen. Las autoridades iraníes han negado su implicación en estos ataques y han justificado el derecho de los hutíes a defenderse de la intervención militar en su país desde 2015 de una coalición liderada por Arabia Saudí.

Los ataques contra Aramco han sido los últimos de una serie de incidentes en el golfo Pérsico, entre ellos ataques a petroleros, de los que EE UU ha acusado a Irán, que se ha desvinculado por su parte de los mismos. Irán sí se atribuyó el derribo en junio pasado de un avión no tripulado estadounidense en el estrecho de Ormuz, una acción de la que se congratuló este sábado Salamí y otros comandantes presentes en la ceremonia. «Derribaremos cada dron que viole nuestro espacio aéreo», dijo el máximo responsable de los Guardianes, quien destacó los avances de Irán en el campo de los drones, los misiles y los sistemas de defensa aérea.

Además del despliegue de tropas, el presidente estadounidense, Donald Trump, optó este viernes también por imponer sanciones al Banco Central de Irán, que calificó de «las más altas que jamás se han impuesto sobre un país». La Administración estadounidense acusa a esta institución de financiar desde 2016 con miles de millones de dólares a la Guardia Revolucionaria iraní y su Fuerza al Quds y a la milicia chií libanesa Hizbulá, todas ellas consideradas grupos terroristas por Washington.

En la ONU

El castigo de las sanciones es la tónica desde el año pasado, cuando EE UU se retiró del acuerdo nuclear de 2015 firmado con Irán y otras cinco potencias. Las sanciones fueron impuestas en dos rondas -en agosto y noviembre de 2018- y afectan a un amplio número de sectores económicos, incluido el petrolero y el bancario.

Por ello, el Ministerio de Exteriores de Irán calificó este sábado de «política fracasada» las sanciones de ayer y denunció que la estrategia de Washington «no tiene otra base que la intimidación, el unilateralismo y el terrorismo económico». El jefe de la diplomacia Mohamad Yavad Zarif dijo en Twitter que las sanciones demuestran «la desesperación» de EE UU y tratan de evitar que el Banco Central financie la importación de alimentos y medicinas.

Zarif también alertó de nuevo de los esfuerzos de Arabia Saudí, Emiratos e Israel en arrastrar a Trump a una guerra con Irán y en evitar cualquier solución negociada a la crisis. Por su parte, el gobernador del Banco Central, Abdolnasr Hematí, señaló que «estas sanciones se han vuelto más ineficaces que nunca» y que «la economía iraní ha demostrado su resistencia».

Pese a que la situación se ha estabilizado en los últimos meses y la moneda nacional ha recuperado un poco su valor respecto el dólar, la realidad es que las sanciones han surtido su efecto de asfixiar la economía iraní. La crisis en el golfo Pérsico y el enfrentamiento entre Irán y EE UU serán el centro de las discusiones de la Asamblea General de la ONU de la próxima semana, en la que estarán presentes tanto Trump como el presidente iraní, Hasan Rohaní.

Arabia Saudí, lista para actuar

El ministro de estado saudí de Asuntos Exteriores, Adel al Yubeir, insistió este sábado en que el Gobierno del reino espera los resultados de la investigación sobre los ataques contra sus refinerías la pasada semana antes de tomar acciones, aunque está listo para actuar.

«Estamos en contacto constante con nuestros amigos en todo el mundo y estamos examinando las medidas a tomar, pero esperamos las conclusiones de las investigaciones actuales sobre el ataque, especialmente el origen y la fuente del ataque», señaló, excusándose de especificar medidas concretas hasta que la investigación arroje resultados. «En cualquier caso, estamos preparados y tomaremos las acciones necesarias para manejar el asunto», afirmó.

Las autoridades saudíes llevan a cabo una investigación con participación de expertos internacionales y de la ONU, sobre el ataque con drones y misiles el pasado 14 contra dos plantas de la petrolera Aramco, que supuso la paralización de la mitad de la producción de crudo de Arabia Saudí.

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