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Vista general de una calle llena de nieve en la ciudad de Berchtesgaden, Baviera (Alemania). Lukas Barth-Tuttas (Efe)

La nieve colapsa la región alpina

Los ejércitos de Austria y Alemania declaran la situación de catástrofe y envían a grupos de montaña para ayudar en la apertura de vías y carreteras

Juan Carlos Barrena

Berlín (Alemania)

Viernes, 11 de enero 2019, 21:36

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Tras una semana de intensas e incesantes nevadas, que han llegado a enterrar trenes enteros, a provocar suspensiones y retrasos en los aeropuertos de Múnich y Salzburgo, el corte de numerosas carreteras y líneas ferroviarias por el peligro de aludes, y ha causado el aislamiento de decenas de localidades en el sur de Alemania y la vecina Austria, el Ejército Federal Alemán se sumó hoy al austríaco al declarar la situación de catástrofe y enviar a la región a más de 300 cazadores de montaña para ayudar en las labores de evacuación y la retirada de la masa blanca que amenaza con hundir los tejados de numerosos edificios.

En algunas localidades alpinas la altura de la nieve acumulada es tal que ha enterrado los telesillas con los que los esquiadores suben a las pistas de esquí, en su mayoría cerradas por el acuciante peligro de avalanchas de nieve. Miles de turistas se encuentran bloqueados en la región. Desde este viernes son ya seis las comarcas bávaras, entre ellas la conocida de Garmisch Partenkirchen, que han declarado la situación de catástrofe.

El número de muertos por las nevadas en Austria y Alemania supera ya la docena, el último de ellos el conductor de una máquina quitanieves de 18 toneladas que volcó hoy cuando despejaba un puente junto a la localidad de Lenggries y cayó a las aguas del río Isar. El hombre resultó atrapado en su vehículo y, aunque fue rescatado, murió poco después de ingresar en una clínica cercana a la que fue trasladado en helicóptero.

La canciller federal, Angela Merkel, comunicó que las fuerzas de rescate en la región recibirán todos los refuerzos necesarios y expresó su pesar por la muerte de un niño de nueve años este jueves, que fue alcanzado por un árbol derribado por el peso de la nieve en Aying, cerca de Múnich. Aludes que atrapan a esquiadores imprudentes y la caída de árboles incapaces de soportar las masas de nieve han sido hasta ahora la causa principal de las muertes registradas en Alemania y Austria.

En la república alpina, helicópteros del Ejército austríaco rescataron hoy a un grupo de 66 escolares y sus profesores de la región alemana de Renania del Norte-Westfalia que llevaban seis días aislados en un refugio en Grünau am Almtal. Y en la autopista que une Múnich con Rosenheim cientos de automovilistas se vieron atrapados por la nevadas en la noche del jueves al viernes. Fuerzas de la Cruz Roja y miembros de la unidad de voluntarios técnicos de rescate THW acudieron en ayuda de los ocupantes de los vehículos hasta que las máquinas quitanieves pudieron despejar la vía a primera hora de la mañana de hoy.

Prepararse para lo peor

Además de las masas de nieve, los árboles caídos por su peso han causado en los dos países vecinos el corte de numerosas carreteras y líneras de ferrocarril, pero también cortes en los tendidos de alta tensión que han dejado a muchos pueblos sin electricidad, algunos desde hace varios días. El Ejército austríaco consiguió este viernes alcanzar la localidad carintia de Hohentauern, aislada del mundo exterior desde el sábado pasado, para suministrar víveres y combustible a locales y turistas que continúan atrapados por las masas blancas.

«Hay que prepararse para lo peor y esperar que no llegue», señaló Rudi Mair, director del Servicio de alerta de aludes del Gobierno regional del Tirol austríaco, quien calificó la situación de «excepcional» y comentó que tormentas de este tipo «son habituales y duran tres o cuatro días, pero aquí entramos ya en la segunda semana de nevadas ininterrumpidas y la situación empieza a ser crítica». La inestabilidad afecta también a Suiza, y no parece ir a mejor. Las previsiones meteorológicas anuncian para este fin de semana nuevas nevadas masivas en la región alpina y no se espera que las tormentas blancas remitan antes del miércoles próximo.

La ola de frío tiene su origen en una persistente borrasca en Suecia y el norte de Alemania, que además de los temporales de nieve en la región alpina ha causado inundaciones en las costas del Báltico.

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