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Hodei Egiluz llevaba más de dos años desaparecido.
La autopsia confirma que el cadáver encontrado en Amberes es el de Hodei Egiluz

La autopsia confirma que el cadáver encontrado en Amberes es el de Hodei Egiluz

El cuerpo del joven vasco, que desapareció el 19 de octubre de 2013 tras ser asaltado y robado, fue localizado la semana pasada en el río Escalda, en un lugar en el que se le ha buscado durante dos años

óscar b. de otálora

Viernes, 19 de febrero 2016, 11:21

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Se ha confirmado la noticia: las pruebas de ADN han corroborrado que el cadáver encontrado la pasada semana entre los restos de una barcaza hundida en un canal del río Escalda, en Amberes, es el del joven vasco desaparecido el 19 de octubre de 2013. Más de dos años después, las incógnitas sobre su paradero se han resuelto pero no la incertidumbre sobre las circunstancias que envuelven su desaparición. Pablo Egiluz y Koro Díaz, los padres de Hodei, verán resuelta ahora una de las dudas que atormentaba su vida, aunque su dolor no cesará.

Hodei fue visto por última vez en una zona de bares de Amberes, muy cerca del museo Mas, en el Barrio Rojo. El joven de Galdacano, un ingeniero informático de 24 años que acababa de ser contratado por una empresa local, salió de fiesta con sus amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Los hechos son imprecisos desde las cuatro de la madrugada, hora en la que se marchó a casa en dirección al barrio Judío de Amberes. En algún momento alrededor de esa hora fue asaltado por tres magrebíes que le robaron el móvil y la cartera. Días más tarde fueron detenidos, sin que este arresto permitiera resolver la desaparición. A las 4.11 horas, distintas cámaras de seguridad le grabaron andando solo por una zona distinta a la que se produjo el robo. En ese momento ya se encontraba perdido, confuso y asustado.

Confuso y desorientado

La desorientación y el miedo de Hodei se han podido conocer gracias al testimonio de tres personas que a las 4.30 horas se cruzaron con él en la calle Orteliuskaii, una avenida situada justo en dirección contraria a donde se encontraba su vivienda. Hodei se acercó a este grupo de jóvenes «aturdido y atemorizado», pidiendo ayuda y asegurando que le «querían violar». «Nos dijo algo en inglés, pero apenas le entendimos nada porque le costaba articular las palabras», relataron. Los testigos manifestaron que no paraba de mirar hacia atrás, como si temiera estar siendo perseguido, y que le preguntaron si quería que llamasen a la Policía o a un taxi. «No nos respondió y nos fuimos», señalaron las últimas personas que le vieron con vida. Después de esa extraña conversación, el silencio.

Las tres personas detenidas por robar el móvil y la cartera a Hodei habían quedado en libertad en 2015, sin que se pudiera encontrar ningún nexo con la desaparición

La principal pista con la que ha trabajado la Policía de Amberes ha sido los movimientos de la tarjeta de crédito del joven de Galdakao y su teléfono móvil. El celular fue localizado poco después de la desaparición en manos de la camarera de un bar -el Jimmy- en el que Hodei había estado de copas. Esta rumana, Carmen T., de 45 años, confesó que se lo había vendido un cliente del bar por 60 euros. Según su primer testimonio, esta persona estaba «muy nerviosa» junto a la máquina tragaperras del local y le aseguró que «necesitaba dinero de forma urgente». Este joven sería más tarde arrestado y acusado de haber vendido la tarjeta de crédito de Hodei. Era el novio de la hija de Carmen T.

Según la investigación iniciada por la Fiscalía de Amberes, el Jimmy es clave en la reconstrucción de los últimos momentos de Hodei. Allí se fraguó el asalto que le convertiría en un joven asustado en la noche de Amberes. Según el relato de hechos llevado a cabo por la Fiscalía local, tres jóvenes que le vieron solo -los magrebíes Youssef F. (19 años), Mohammed Y. (26 años) y Jaouad M. (23)- se confabularon para robarle el teléfono. Cuando salió del bar uno de ellos sujetó a Hodei del cuello mientras otro le amenazaba con un cortauñas. Tras quedarse con el celular se marcharon y Hodei salió corriendo. Uno de los asaltantes Mohammed Y. le había quitado la cartera sin avisar a sus compañeros. Al parecer, esa misma noche intentó sacar dinero con la tarjeta de crédito del joven vizcaíno, sin conseguirlo. Otro de ellos fue el que vendió el 'smartphone' a la madre de su novia.

Los tres marroquíes, así como la camarera del Jimmy, fueron detenidos por estos hechos. Aunque en un principio se les imputó un delito de homicidio, esta acusación se difuminó y se convirtió en una acusación de robo. En enero del año pasado todos los arrestados habían quedado ya en libertad, sin que se hubiera demostrado ninguna conexión entre el asalto y la desaparición del joven.

Recompensa de la familia

Al día siguiente de la desaparición, su amigo Kevin denunció los hechos en Policía. Los agentes llevaron a cabo más de 3.200 horas de rastreo, se investigaron todos los movimientos de Hodei -lo que permitió llevar a cabo los arrestos- y se rastreó el río Escalda, situado a menos de quinientos metros del lugar donde Hodei fue visto por última vez. Los padres del joven iniciaron una campaña sin precedentes para que la búsqueda no se detuviera en estos dos años. En un momento llegaron a ofrecer una recompensa de 10.000 euros por cualquier información que permitiera dar con el paradero de su hijo. Todo fue inútil.

Dos años después de aquella maldita noche el hallazgo de su cuerpo fue posible por un hecho casual. El hundimiento de una barcaza en un muelle del Escalda, el pasado mes de septiembre, hizo que un grupo de buceadores se sumergiera en las aguas del río la pasada semana para recuperarla. En los trabajos para sacar a la superficie esta estructura se localizaron unos restos humanos. Aunque la policía científica ha podido comprobar ahora que se trataba de Hodei, desde un momento se sospechó que se trataba del joven, ya que la ropa coincidía.

La investigación tendrá que centrarse ahora en determinar las condiciones que rodean a la aparición del cadáver. Por el momento se desconoce cuánto tiempo llevaba sumergido, aunque la zona en la que se descubrieron los restos había sido examinada por los buzos con anterioridad. Asimismo, se ignora si el cuerpo fue arrastrado desde otro punto del río por las fuertes corrientes del Escalda o cayó al agua en esa zona y ha estado atrapado en el fango que cubre el lecho de cauce. La autopsia, asimismo, deberá determinar en qué circunstancias vivió Hodei sus últimas horas. El pobre consuelo de Pablo y Koro será que una incógnita sobre su hijo ya ha sido resuelta. Aún quedan más por aclarar.

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