El auto judicial sobre Ábalos agua el alivio del Gobierno por «la victoria» frente al Feijóo «más sucio»
El Ejecutivo da por «renovado» el pacto de investidura pese al apoyo condicionado de sus socios. El ministro Puente, entre guiños a ERC, asegura a los empresarios catalanes que las elecciones serán en 2027
El presidente Pedro Sánchez salió el miércoles del pleno monográfico en el Congreso sobre la corrupción con la seguridad de que sus socios, más ... o menos críticos, no le dejarán caer, pero también bajo la amenaza de que el precario aval que sostiene su mandato podría evaporarse si la crisis abierta por el 'caso Cerdán-Ábalos-Koldo' «escala», en expresión del portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián. Ayer, por de pronto, el requerimiento de información del instructor de la causa en el Supremo, Leopoldo Puente, al PSOE sobre las donaciones recibidas de Ábalos ha supuesto un nuevo sobresalto cuando el Gobierno se regodeaba en el balón de oxígeno para continuar que le habían proporcionado la víspera sus socios.
«Una victoria política de primer orden», la calificó Óscar López. Más cauta, la portavoz, Pilar Alegría, dio por «renovado» el pacto de investidura y por «fortalecido» el Gobierno de coalición, aunque admitiendo una «minoría parlamentaria» que «obliga a trabajar cada ley hasta el último minuto».
En lo que coincidieron ambos ministros fue en desplegar una estrategia unívoca, que pasa por reivindicarse ante «la soledad» de Alberto Núñez Feijóo y su tono «desabrido y desaforado» al haber acusado a Sánchez en sede parlamentaria de haberse beneficiado de la supuesta prostitución ejercida a través de «los prostíbulos» de su suegro ya fallecido, en alusión a las saunas gais de las que era propietario Sabiniano Gómez.
Los «prostíbulos»
El PP, que culpa al presidente del agrio cruce en la tribuna por señalar como corruptos al propio Feijóo, por su fotografía con «el delincuente condenado» Marcial Dorado, y a Isabel Díaz Ayuso por el ático que comparte con su novio, imputado por fraude fiscal, no solo no rebajó el tono, sino que abundó en la tesis de que Sánchez y su mujer vivieron en un piso pagado con dinero del negocio señalado.
Y es más: los populares han lanzado una ofensiva con una treintena de preguntas repartidas entre el Congreso y el Senado para exigir al Gobierno que aclare si se arrendaron al suegro del presidente inmuebles de titularidad pública para su utilización como los citados prostíbulos. Los populares, que se basan en informaciones de prensa sobre el supuesto uso para ese fin de un piso de Muface (la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado), piden que se identifiquen los alquileres de los últimos diez años con arrendatarios, fechas de contratación, duración e importe. «La verdad puede ser muy dura –dijo Ester Muñoz–, pero más duro es tener un Gobierno que contrata prostitutas con dinero público y está cercado por la corrupción».
Para el ministro López, Feijóo evidenció, al «perder los papeles», su «verdadero rostro»: el del «político más sucio» que habría hecho carrera primero con malas artes contra el expresidente socialista de la Xunta gallega Emilio Pérez-Touriño y, luego, cerrando filas con Ayuso en el pulso que acabó con Pablo Casado defenestrado. A juicio del titular para la Transformación Digital, «los insultos» son prueba de «la impotencia» y «desesperación» del líder del PP, atrapado por la supuesta pinza de «la ultraderecha dentro» –la baronesa madrileña– y «la ultraderecha fuera», Vox.
Por su parte, el ministro de Transporte, Óscar Puente, reforzó ayer ante el empresariado catalán la idea que lanzó Sánchez en el Congreso: su intención es resistir hasta 2027. Puente, en una conferencia en el Cercle d'Economia, aseguró que el presidente «está determinado» a agotar la legislatura.
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