El buen jugador de mus del Santander de una época pasada
JESÚS SAINZ DE ROZAS
Sábado, 22 de abril 2023, 02:00
El pasado lunes, día 17, falleció Luis Fernández Puente a los 90 años de edad. Luis pertenecía a una conocida familia santanderina, con especial imbricación ... en Rubayo por línea materna, y era el tercer varón entre cinco hermanos. Estudió el bachillerato en el colegio de los PP Escolapios y después cursó Derecho en la Universidad de Oviedo, finalizando dicha carrera en la capital del Principado.
De regreso a Santander, coincidió que fueron convocadas unas oposiciones a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, a las que se presentó sacando plaza de Inspector, viajando profesionalmente a la zona oriental de Cantabria.
A inicios de los años sesenta conoció a Pilar Bustamante Sierra, también de conocida familia capitalina, con la que se casó en 1965 y tuvieron un hijo, Luis, que profesionalmente trabaja y reside en Aranjuez.
En poco tiempo Luis fue ascendido a jefe de equipo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, donde desarrolló toda su carrera profesional hasta su jubilación.
Luis ha sido un hombre de personalidad muy acusada, de temperamento dinámico y decidido, impulsor de numerosas iniciativas entre sus muchos amigos, con debates de calado, donde desde un principio emergía su impronta de hombre versado y culto y su crítica ponderada era escuchada por todos, enriquecida aún más si cabe por su personal tono de voz.
Muchos hemos coincidido con él en numerosos almuerzos y cenas, aunque de esos muchos y por razón de almanaque quedemos unos pocos. Fue miembro ocasional del grupo de los jueves de Hoznayo y coordinador de dos comidas de completo éxito al año, en un principio en Penagos y después en Loredo donde, de los cerca de cuarenta que llegamos a ir, al final quedamos nueve y con su defunción y la de otro íntimo amigo hace dos meses, la nómina se ha reducido a siete. Buen jugador de mus, en aquellas comidas multitudinarias se organizaban varias mesas de juego, dentro de un ambiente de camaradería y confraternización difícilmente superable.
Con Luis, por tanto, se va toda una época de un Santander que, en usos y costumbres, tiene poco que ver con el de hoy. Luis, amigo: tu imagen de buena persona, de gran bonhomía, será recordada de por vida por todos cuantos te conocimos. A Pilar y a Luis os enviamos un fuerte abrazo.
Finalmente, hoy son momentos de plegaria y fe en el Señor; mañana lo serán de recuerdo indeleble hacia el amigo que se acaba de ir. Te despedimos con la frase ritual póstuma de la antigua Roma: 'Sit tibi terra levis', que la tierra te sea leve. Descansa en paz.
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