Haciéndonos la pascua
Una amiga pregunta a otra amiga: ¿Qué tal va la vida de casada? No me puedo quejar, responde ella. O sea que va bien, ¿no? ... No, no me puedo quejar porque mi marido está aquí al lado. Un gato empieza a ladrar en el tejado de una casa. Otro gato, sorprendido, le pregunta: Estás loco, ¿por qué ladras en vez de maullar? El gatito le responde: ¿Acaso no puedo aprender otro idioma? El doctor le dice al paciente: respire profundo que le voy a auscultar. El paciente le responde: doctor, ¿de quién me va a ocultar si no le debo a nadie? Sale el doctor después de un parto y el padre de la criatura le pregunta: doctor, ¿cómo salió todo? El doctor le responde: bien, pero tuvimos que ponerle oxígeno al bebé. El padre, horrorizado, exclama: ¡pero nosotros queríamos ponerle Gabriel!
El profesor le dice al estudiante después de haberle corregido la tarea: Tu trabajo me ha conmovido. El estudiante le pregunta: ¿Y eso por qué profesor? El profesor, con cara de burla, le responde: Porque en realidad me dio mucha pena. Cariño, estás obsesionado con el fútbol y me haces falta. ¿Qué dices? ¿Cómo que falta? ¡Pero si ni te he tocado! Hay un montón de manzanas en un árbol y de repente una se cae. Todas las de arriba empiezan a reírse y a burlarse de la que se ha caído y ésta les responde: «No os riáis, ¡inmaduras!».
La Cuaresma es camino. Esto nos obliga a reírnos un poco de nosotros mismos, a tomarnos menos en serio, y dejar de hacernos la pascua, para saborear la alegría de la Pascua.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión