La apisonadora de Silva
Hicimos todo lo posible para evitar el cierre del colegio, pero nos topamos con un muro que nunca pensamos que fuera tan inhumano
AMPA del CEIP El Pedregal de Castro Urdiales
Viernes, 19 de septiembre 2025, 07:13
Con el inicio de curso se ha certificado el cierre definitivo del CEIP El Pedregal. Mientras tanto, estos días, el consejero Sergio Silva y los ... portavoces del Partido Popular han vuelto a hacer gala de su inexistente empatía hacia la comunidad educativa castreña y, por ende, y lo más importante, hacia su alumnado. Declaraban su alegría porque desde el STEC, el profesorado y la AMPA se ha desistido de seguir luchando en los tribunales la paralización del cierre de nuestro colegio, el CEIP El Pedregal, un cierre completamente injustificado, sesgado y con el único propósito de hacer valer los intereses privados de la Fundación Barquín Hermoso.
El señor Silva y suponemos también que su presidenta, Buruaga, se alegra de haber dejado exhausta a una comunidad educativa a costa de una actitud de absoluto ninguneo y altivez con la que ha rechazado toda propuesta de diálogo llegada desde el colegio. Como una auténtica apisonadora, él y su equipo de gobierno han machacado a alumnos, familias y profesorado, han ignorado sus múltiples propuestas e intentos de diálogo, no han querido visitar el proyecto educativo y, en definitiva, han ejercido un completo abuso de poder alentados por los intereses privados.
Nuestro consejero se alegra de que los juzgados hayan desoído la solicitud de suspender cautelarmente el cierre de El Pedregal a pesar de que el Ministerio Fiscal emitiera un informe a favor de las medidas cautelares. El auto emitido por el juez concede además a la consejería poderes absolutos para el cierre de cualquier colegio, sea cual sea su motivación. Este fallo sienta un peligrosísimo precedente para la educación pública, otorgando todo poder a un gobierno que, como vemos en este y otros muchos ejemplos de esta legislatura, no vela por los intereses de su ciudadanía. Un gobierno que ha actuado con gran oscurantismo, que nos ha negado en todo momento la aportación de información que debería ser pública alegando abiertamente que entregar dicha documentación le perjudicaría en el proceso judicial. Ni en la república más bananera se aceptaría una actuación así.
El señor Silva se alegra también de haber ninguneado a la representación de la ciudadanía cántabra en el Parlamento. Recordemos que todos los partidos políticos con representación parlamentaria, menos el Partido Popular, sacaron adelante una moción para mantener abierto el colegio El Pedregal. Las declaraciones de Álvaro Aguirre, su locuaz portavoz parlamentario por aquel entonces, demostraron que eran incapaces de aportar un solo argumento coherente a favor del cierre del colegio. El gobierno regional no solo saca pecho por estas victorias, sino también por haber obviado otra petición popular, las más de 11.000 firmas de ciudadanos y ciudadanas cántabras entregadas en el Parlamento y que pedían la continuidad del colegio, o por haber obviado a las múltiples asociaciones, colegios y comunidades que firmaron un manifiesto de apoyo al mantenimiento del centro, o por haber hecho caso omiso incluso a los informes presentados por especialistas en psicología y educación del impacto que esta decisión tendría en los niñas y los niños. Recordemos que no hablamos de un caso aislado que deba cambiarse de centro, sino de más de setenta niños y niñas que, sin entender los motivos, no podrán volver a estar con sus compañeras ni ver a sus profesores y profesoras con quienes tenían un vínculo tan especial.
Todos sabemos que por este y por muchos otros motivos esta legislatura será probablemente la última de Sergio Silva a cargo de la consejería de Educación. Sin embargo, no parece que sea un hecho relevante para él. Parece más bien que ha asumido sin pudor su papel de escudo humano, quién sabe bajo qué promesas, para dar la cara ante algo que se escapa por completo de cualquier explicación racional.
Nosotras, como representantes de las familias, nos hemos visto obligadas a abandonar este proceso una vez vimos que las posibilidades de frenar el cierre antes del inicio de curso se esfumaban y lo hemos hecho con tristeza, agotadas y muy desilusionadas. Hemos hecho todo lo que ha estado en nuestras manos: movilización comunitaria, social, política y en último extremo judicial, pero nos hemos topado con un muro que jamás pensamos que fuera tan inhumano. Hemos contado con un apoyo que nunca podremos terminar de agradecer procedente de todos los sectores –público, privado, social, local, municipal, autonómico– y, en el camino, nos hemos llevado también una experiencia valiosísima de cómo es posible luchar por lo que se quiere proteger y cómo una pequeña comunidad es capaz de organizarse desde la generosidad y la solidaridad. Ojalá esto pueda servir al menos de inspiración y sentar las bases para que nadie sea de nuevo arrollado por esta o cualquier otra apisonadora.
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