El otro ADN
Conocemos el significado del ADN (Ácido Desoxirribonucleico), incluso lo utilizamos para referirnos, de forma metafórica, como algo impreso en otro tipo de aspectos de la ... persona o de las organizaciones. Pero hoy quiero hablar de otro tipo de ADN, de otro condicionante, no exactamente genético, sino que proviene de las circunstancias en las que empezamos a construir el software con el que nos vamos a desenvolver en nuestras vidas, sobre todo a nivel relacional. Me refiero al Ambiente Desde Nacimiento; este es el otro ADN y sobre el que, personalmente, creo que hay mucha más influencia en cómo somos que el anterior. El ADN del ambiente es el que condiciona y va construyendo nuestra personalidad en los primeros años de vida, justo desde el momento del nacimiento, incluso antes, en el seno de nuestra madre; buena parte de sus emociones y del constructo de su personalidad, que se ha forjado en su propio ambiente, incide en el nuestro antes de nacer.
¿Qué entiendo por ambiente? Nuestros padres, nuestros familiares más cercanos, como abuelos, hermanos, tíos y primos. Todas las primeras experiencias que se van configurando en el entorno en el que nacemos a la vida; el estilo y la forma de educación que vamos recibiendo, tanto con lo que se nos dice con palabras, como lo que vemos en los comportamientos y en las actitudes de las personas que son nuestros referentes, el vecindario, por supuesto las primeras experiencias en el colegio y la relación con los primeros compañeros o amigos; cómo se produce esa interacción en la que, en muchos casos, acabamos siendo dominadores o dominados. También el resto de personas con las que interactuamos, como vecinos, personas en los comercios de alrededor, amigos de nuestros padres, etc. Todo esto conforma una amalgama de sensaciones, impresiones, emociones de una complejidad y de una variabilidad tan grande que, día tras día, según vamos viviendo, va conformando ese ADN ambiental al que me estoy refiriendo.
Buena parte de la epigenética, que trata sobre el condicionamiento del ambiente, de las circunstancias que hacen que los genes se modifiquen o eclosionen en unas formas, que son las que están en la base de lo que luego conforma nuestro carácter o nuestra personalidad, reconoce que cerca del 90-95% de nuestra personalidad está condicionada por el ambiente, por el entorno, por las circunstancias que se van construyendo en modo de apegos, afectos, traumas, frustraciones, ansiedades mal canalizadas, abusos, disfrutes sanos, etc. Buena parte de lo bueno o adecuado o lo malo o inadecuado de nuestras vidas se impregna en ese ADN ambiental que acabará condicionándonos. Si en el ADN genético hay alguna malformación, repercutirá en el buen funcionamiento de nuestro cuerpo; lo mismo sucede con el ADN ambiental y habrá que resolverlo con medicinas y/o tratamientos.
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