Alquilar un amigo
A estas nuevas generaciones les cuesta relacionarse... y esto llegará a pasar factura
En Japón, actualmente, cada año mueren en torno a 70.000 personas por una 'enfermedad' denominada 'kodokushi', que es como se denomina a la muerte ... por soledad. En esta sociedad, que nos precede en cuanto a esperanza de vida en el mundo, hay empresas que cuentan con miles de clientes, la mayoría mujeres, que pagan aproximadamente 50 euros porque alguien se haga pasar por su mejor amiga, durante una hora.
Estoy convencido de que, como me ha sucedido a mí, te parecerá algo inconcebible y que nunca va a poder pasar en nuestra sociedad tan relacionada, pero no las tengo todas conmigo, las certezas, para pensar que este fenómeno puede llegar a reproducirse perfectamente en nuestra sociedad y, en este caso sí, tener todas o, al menos, algún amigo o amiga, con quien poder disfrutar de un poco de tiempo de conversación. No es tan impensable, dado que nos estamos convirtiendo en una sociedad en la que, la generación z y la alfa que le sigue, paradójicamente, 'desgracias' a las nuevas tecnologías y a las redes sociales, se están aislando unos de otros, cada vez más. Una vez que terminan los tiempos de colegio o de universidad, el estilo de vida occidental que hemos creado, basado en las cosas y en las apariencias, los lleva a separarse, unos de otros, para tratar de conseguir los mayores y mejores logros en lo material, olvidando lo espiritual o, cuando menos, lo relacional. A estas nuevas generaciones les cuesta relacionarse, hablar por teléfono, tomar el pulso de la persona en vivo y en directo y todo lo hacen a través de los chats y de las redes sociales y esto llegará a pasar factura, como está sucediendo a día de hoy en Japón, si no lo remediamos.
Es bien fácil de imaginar: tienes 40 años, llevas 15 años viviendo de modo independiente, ya dispones de tu propia vivienda, cuentas con buenos recursos, dispones de muchos 'amigos' en redes sociales, ocasionalmente te ves con alguien de modo presencial, fuera parte de las personas con las que trabajas o tele trabajas y no te relacionas físicamente y, con la rapidez con la que corre la vida, te llegas a encontrar con 50 ó 55 años y te sientes solo, dramáticamente solo y lo único que te queda, para poder remediar esos males de soledad, son ansiolíticos o inductores del sueño o, como sucede en Japón, alquilar un amigo para poder charlar de algo insustancial durante un tiempo y sentirte, ficticiamente, acompañado, habiendo tenido la oportunidad de contarle a alguien tu vida, además de a la IA. Como digo, si no lo remediamos, nos vamos a convertir en llaneros solitarios, disparando balas de plata a un enemigo que, colectivamente, hemos creado nosotros mismos: la soledad.
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