Separación de sexos para el baño. Ni juntos ni revueltos. Que el refrán ya lo anuncia: El hombre es llama. La mujer estopa. Pasa el ... demonio y sopla. BOPS (16.07.1847): «En el sitio de Molnedo se han establecido por D. Nicolás Portu unas casetas para tomar con toda comodidad y separación de sexos los baños de mar, debiendo satisfacerse un real de vellón por persona, y si hay familias que quieran abonarse por temporada, también pueden hacerlo pagando diez rs. por la hora de baño, quedando por lo tanto a su disposición una de dichas casetas en el espacio de expresada hora. Lo que se anuncia al público para su conocimiento. Santander 13 de julio de 1847».
Por entonces, casi doscientos años atrás, al sitio de Molnedo acudían curas con sotana y teja en busca de crucifijos ponederos. BOPS (19.02.1852) «D. Canuto Orbea, armero y grabador, tiene un buen surtido de crucifijos de metal y plateados, con cruces de varios tamaños. Los señores eclesiásticos que puedan necesitarlos para sus parroquias, así como las personas devotas que lo deseen, podrán acudir a Molnedo, casa inmediata a la fundición, donde se venden a precios muy arreglados».
Lógico es que todo esto suene hoy rarísimo. Como que los bravos toros de lidia llegaran a cuatro patas al coso de Molnedo. Donde el maestro Cúchares explicó repetidas tardes a la afición el arte de su nombre: el renovador toreo de muleta en redondo. Oído alcaldía: del muelle de Naos y de la fuente y fundición de Molnedo y de las Bigarrias hay infinidad de información inédita. Así como de las banderillas de fuego que a los mansos de solemnidad se aplicaban en el redondel de Molnedo. Plaza de toros (1859-1890) que tenía la ventaja, sobre cualquier otra plaza de toros española, que mientras se presenciaban los lances de la función taurina se contemplaba la entrada y salida de los buques de atronadora sirena transoceánica.
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