León de paz para el tiempo nuevo
Dos mil años de ininterrumpida historia vaticana nos contemplan. Ningún poder terrenal, religioso o político mantiene tan dilatado historial. Desde Pedro a León XIV la ... iglesia católica contabiliza 267 papas. Ante la disyuntiva de elegir Papa para un rato (mayor) o elegir un Papa para rato (joven), los cardenales reunidos en Cónclave han optado por elegir un Papa con mucho viento en las alas y previsible larga expectativa para el vuelo cosmopolita y la paz universal: Robert Francis Prevost Martínez, de 69 años, agustino, nieto de emigrantes, norteamericano de cuna y nacionalizado peruano.
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Virgo por el horóscopo, hijo de Louis Prevost, con ascendencia francoitaliana de profundas raíces católicas y vocación de servicio comunitario; y de Mildred Agnes Martínez, empleada de una librería, de procedencia dominicana y ascendencia española, dizque gallega.
Como 'Papa Matemático' fue distinguido por sus electores hasta la cuarta votación que se sustanció en fumata blanca. A su esperada aparición en el balcón del Vaticano, llegó con las cuentas hechas y un discurso escrito que leyó con manifiesta emoción y nerviosismo. La nuez le subía y bajaba por la garganta impulsada por el comprensible embarazo del momento. Y los ojos se le vieron acuosos, a punto de estallar en lágrimas. Un Papa con ojos vidriosos es buen augurio. Las lágrimas son un seguro signo de humildad y humanidad. Y las lágrimas contenidas, dominio de la flaqueza.
Ante el mundo, el nuevo Papa se presenta preparado. Muy distinta cuestión es que el mundo esté preparado para el nuevo Papa. A cuyo papado de paz de rigor será aplicar el aforismo: «Por los frutos le conoceréis». Los exégetas le definen como híbrido de Benedicto XVI y de Francisco. Sabiduría y proximidad. Sin ánimo de ser más papistas que el Papa, lo mejor que los laicos podemos desearle es que la historia le recuerde más que como un papa bueno como un buen papa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión