Nuevas aportaciones a la historia de la tauromaquia en Cantabria
En el año 1890 coexistían en Santander dos plazas de toros, la vieja, (en Molnedo), y la nueva (en Cuatro Caminos)
1 Cien años de toros en santander. Con motivo de la celebración oficial del «I Centenario de la Plaza de Toros de Santander», el Ayuntamiento — ... propietario de la plaza e impulsor de los festejos conmemorativos— por mediación de la concejalía correspondiente tuvo a bien confiarme la dirección, coordinación, revisión y edición de la obra de referencia. Que en 1990 vio puntualmente la luz en tres volúmenes. Los cuales llevan treinta y cinco años ya gozando de la impagable suerte del vuelo libre.
En el primero de dichos volúmenes –al que me remito—, en el apartado introductorio del mismo hice una primera aproximación historiográfica al tema de las plazas de todos de la ciudad, reseñando cuanto a tal asunto concierne a partir de los datos entonces conocidos; siempre menos de los deseables.
Con posterioridad, mucho es lo que he ido encontrando en mis incesantes huroneos por archivos y hemerotecas. Muchos de estos hallazgos no he titubeado en darlos a conocer en diversas oportunidades, conferencias y medios. Para no pecar del feo vicio de la autocita, prescindo de referirlos in extenso. Con dos únicas excepciones: 'Toros en Santander' (1930), de José María de Cossío, y 'La feria de Santiago' (1920) de José Gutiérrez Solana, números 5 y 6 de Cantabriología (2025). En el ensayo introductorio de aquel, que lleva el expresivo título 'Tan taurina plaza como la que más', reseñé todos los datos contrastados disponibles desde el siglo XVI al XX. En el capítulo correspondiente al año 1859, figura la inauguración del segundo coso estable de la ciudad: la Plaza de Toros de Molnedo (1859-1860).
2 Santiago, 1890. En el santandereando del pasado lunes, me he permitido anticipar un hecho en verdad sorprendente: la co-existencia en dicha festividad y año de dos plazas de toros en la ciudad de Santander, la vieja (en Molnedo) y la nueva (en Cuatro Caminos), feneciente aquélla y emergente ésta.
Desde entonces, de la plaza de toros de Cuatro Caminos la información mana incesante. Por contra, cuanto concierne a aquélla se silencia. Injustamente. Porque de la plaza de toros de Molnedo (como cumple nombrarla; sobre otros nombres que ocasionalmente llevó: del Paseo de la Concepción, de la calle de la Libertad, de la calle de Santa Lucía, etc.) existe amplia información que, en esta edición de EL DIARIO MONTAÑÉS, recojo como primicia en los dos apartados que siguen.
3La corrida clausural. Poema en varios cantos, original de MIXTO (seudónimo), que justo es recuperar del olvido para la memoria. Introito:
¡Dile ya al mundo adiós!... ¡Oh cruel ejemplo
de cuánto son efímeras y vanas
estas glorias mundanas!...
Treinta años no hace aún, soberbio templo,
al arte nacional fuiste erigido;
treinta años no hace aún que fuiste ungido
a la lumbre de un sol como una fragua,
por Cúchares y el Tato
—¡héroes de eterna gloria!—
con sangre de ocho bichos de Veragua...
Para no abusar del breve espacio disponible, salto del canto de apertura al de cierre, en festiva y campechana versificación.
'Resumen': toros de bien;
de mejor los tres postreros;
buenos los banderilleros;
El Espartero también.
El presidente, no mal,
aunque a veces en un brete;
y caballos, diecisiete
difuntos en el corral.
¡Una escabechina, muy de época! Y el segundo torero, El Ecijano, más que admiración suscitó bostezos y una recriminación muy en su punto de acidez populachera:
¡Ay, Dios mío, qué canguelo,
así no se torea ni en Meruelo.
4El promotor canuto. Reseña especial merece Canuto Díaz Bustamante. Quien, con Carlos Odriozola, el 17 de octubre de 1858 presenta en el Ayuntamiento una solicitud para la construcción de una plaza de toros, en un lugar a extramuros de la ciudad, que como tal no forma parte del plano general que rige la construcción de edificios en la misma. En suma: en el sitio de Molnedo.
Alzada la plaza, y muy activa en su tiempo, del promotor Carlos Odriozola nada más he logrado averiguar. Sí del socio. El 15 de noviembre de 1879, el polvo vuelve al polvo. Fallece Canuto, corredor de número de la ciudad, aficionado y empresario taurino; seguramente soltero, pues en la esquela no figura esposa e hijos.
La obra de sus desvelos y amores —la plaza de toros— le sobrevive once años, gestionada en su última época por otras manos empresariales.
5Imagen de la plaza. Han sobrevivido al tiempo poquísimas fotos de la plaza de toros de Molnedo. La más divulgada, refleja una oscurecida estampa de época, con personajes y carruajes en informe y sombrío montón. Otra, también muy recurrente, muestra la plaza en promontorio, con la bahía y pesqueros al fondo.
Hasta hoy, nadie ha caído en la cuenta de recurrir al principio; es decir, al plano, al dibujo (alzada) donde en tinta violácea figura al centro del proyecto la parte de entrada a la plaza, con la bandera nacional arriba, un emblema escultórico con motivo taurino a continuación; dos pisos de gradas y el portón de entrada, con sendas puertas auxiliares a los lados, y las taquillas de sol y sombra en los extremos.
A efectos iconográficos, del alargado plano he recortado la imagen central del proyecto, la correspondiente a la puerta principal, entrada y taquillas. Que, por gentileza del director de El Diario Montañés, Íñigo Noriega, se reproduce aquí y ahora por primera vez. En calidad de rigurosa primicia universal.
Sirva esta estampa de anticipo de la mucha y muy sustantiva información iconográfica y literaria que sobre referida plaza conservo en mi caudaloso archivo digital. La cual iré sucesivamente desvelando, sin prisa ni pausa, por sus pasos contados, siempre y cuando la ocasión así lo requiera.
En adelante, la divulgación de la imagen que hoy se ofrece aquí en rigurosa primicia dará a la posteridad cabal idea de cómo era en verdad la plaza de toros frente a la cual nació, jugó, creció y, en fin, vivió María Gutiérrez Blanchard (1881-1932). De cuya simpar pintora no consta que jamás pintara un motivo taurino de los muchos que en la infancia contempló desde la ventana de su domicilio.
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