Ycon Logroño y retoño y bisoño y la exclamación más castiza que la lengua española ha alumbrado. Ojo que ya ha llegado y conviene no ... olvidar lo que Gonzalo Correas advierte en su 'Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana' (1906): «Calenturas otoñales, o muy longas o mortales». Conque a librarse de ellas toca, para que nuestra salud no caiga como las hojas.
En 'El lenguaje popular de las montañas de Santander' (1949), Adriano García Lomas lo trata en la voz Pación («pasto o brote que de tiempo en tiempo ofrece un prado desde que se le siega por el verano hasta que se vuelve a dejar crecer su hierba para segarle otra vez»). Y entre otras muchas peculiaridades apunta que «si hay humedad en el otoño todavía hay 'nueva pación' o nuevo brote que se llama 'toñá' u otoñada». Más curioso desde luego es su apunte sobre el juego de la Villagarda. Del cual aclara: «En los valles de lguña y Anievas se juega en otoño en tiempo de las 'derrotas'. Es una variante del llamado juego de la 'birla', que consiste en colocarse los muchachos en terrenos blandos y de pradería formando un gran circulo. Cada uno de aquéllos tiene una vara afilada con la que hace un agujero y deposita la tierra al lado de éste. El que 'se queda' tiene en su mano la 'birla' y procura meterla en uno de los agujeros de los demás jugadores».
Hay que ver qué de cosas nos perdemos los urbanitas, deambulantes entre Chiqui y Cuatro Caminos, Cueto y Parayas, en espera de que el reloj digital nos cante que estamos en el lunes X del mes tal del año cual, con el tiempo y previsión de la jornada. En términos culinarios, reconfortante es el refrán que advierte «calabazas coloridas, en otoño recogidas». Y qué buena crema hacen en taza.
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