La localidad de Quijano está en los mapas desde muy antiguo. Desandando el Pas, desde Puente de Arce a Ranedo (Renedo), figuran Posadoiros, Barcenilla y ... Quijano. Tan preciso hito pasiego no escapó al huroneo de Fernando Colón. Quien, en su 'Cosmografía y descripción de España' (1517-1523), lo refiere en tres pasajes.
Las imprecisiones, propias del gran despertar español, fijan la localidad de Quijano en el tiempo en que presumiblemente vino al mundo Jerónimo de Quijano. De quien hasta el momento no me ha sido posible documentar la fecha y lugar de nacimiento. Que fuera en Quijano, hacia 1490 es harto probable.
En los 'Memoriales descriptivos de Nueve Valles de Asturias de Santillana' (s. XV), en el valle de Piélagos consta el Concejo de Quixano, con dos torres solariegas de este apellido. En 'Memorias antiguas y modernas de la Iglesia y Obispado de Santander' (1777), de Martínez Mazas, figura en el valle de Piélagos, contiguo al de Toranzo por Carandía. Y, ya recurrentemente, en el Diccionario de Madoz (1845-1850). Donde se documenta la iglesia parroquial de Santa Columba (siglo XVII) y la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso.
Resumiendo: si, como todo invita a suponer, Jerónimo de Quijano nació en la localidad cuyo nombre adopta como apellido, obvio es que no pudo ser allí bautizado por falta de pila bautismal. Que conste.
Por ventura, la respuesta podría hallarse en las iglesias parroquiales de Piélagos, Camargo o Arce. Donde si hubiera libros bautismales de finales del siglo XV podría saltar la sorpresa de un apunte que despejara por siempre la duda del nacimiento y bautismo de Jerónimo de Quijano. A quien los hados le instaron a tomar carretera y manta en busca de una gloria que le esperaba en cuadrante inferior del mapa de España. Donde tanta y tan subleme obra artística eterniza el nombre del apellidado 'El Montañés'.
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