Entre la cabra y el calamar
ENTRE PARÉNTESIS ·
Los periódicos reposan la síntesis de lo inaudito. Lo que nos ocurre todos los días envuelto en rutina sólo sirve para vivir, no para imaginar ... otras vidas acaso más emocionantes, como las que reflexionan sobre si es mejor aplaudir a una cabra y abuchear a un presidente o bien aplaudir a un presidente y abuchear a una cabra. Yo me lo estoy pensando todavía, aunque tengo que reconocer que no tengo nada contra ninguna cabra.
Paso página y llamo a la Legión y a su cabra para ayudar a los docentes preocupados por el impacto que está teniendo entre sus alumnos la serie de Netflix'El juego del calamar'. Por una vez que los chavales espabilan y practican juegos tradicionales, evadiéndose de la hipnosis de las pantallas, resulta que lo rechazamos porque en la ficción los perdedores mueren de forma violenta. Pero si hay violencia hasta en los tebeos, señores míos. Y no es broma.
El Ministerio de Igualdad de Irene Montero sí es broma. La ministra ha contratado a una condenada por agredir a policías y a dos imputados por malversación y prevaricación para que la asesoren de vaya usted a saber qué. Lo cómico es justificar su contratación al estar «perseguidos por defender la democracia». A lo mejor en las próximas elecciones, al lado de la urna, nos colocan un policía nacional para aporrearle democráticamente. Eso sí, no será una mujer.
Hablando de ¿igualdad? La librería feminista (más bien misándrica) 'Mujeres y compañía' de Madrid ha retirado los libros de Carmen Mola, último Premio Planeta, en cuanto ha sabido que tras su seudónimo se encuentran tres hombres. La librería lamenta que en 2018 sólo un 32% de los libros estén escritos por mujeres. Yo lamento que para ganar el Planeta en 2021 los hombres tengan que refugiarse en el nombre de una mujer. Con este panorama he decidido aplaudir a la cabra.
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