Cultivar, nutrir y preservar
El 80% de las personas pobres del mundo vive en zonas rurales
SANDRA SUMALLA E IÑAKI ELÍO | DOCENTES DE LA UNIVERSIDAD EUROPEA DEL ATLÁNTICO
Jueves, 15 de octubre 2020, 07:42
Este viernes se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Por este motivo, se hace un llamamiento a la solidaridad mundial con el propósito ... de ayudar a las personas más vulnerables para que se puedan recuperar de la crisis producida por la pandemia del covid-19, y se insiste en la oportunidad de aprovechar esta situación para mejorar los sistemas alimentarios y ser capaces de proporcionar dietas saludables, asequibles y sostenibles para todos. En la pandemia por el covid-19 hemos sido conscientes de la importancia de los servicios esenciales y entre ellos destaca la cadena alimentaria para poder satisfacer las necesidades de la población, la implantación de medidas higiénicas para frenar la expansión de la enfermedad y la ayuda a las familias desfavorecidas que han sufrido una caída en sus ingresos económicos lo que ha repercutido en la calidad de su dieta. Es difícil olvidar esos menús infantiles a base de comida rápida para miles de niños en España.
Para el año 2050 se espera que la población mundial sea de casi 10.000 millones, esto aumentará significativamente la demanda de alimentos. Alrededor del 80% de las personas extremadamente pobres del mundo vive en zonas rurales y la mayoría vive de la agricultura para su subsistencia. Para poder mejorar la calidad de vida en el mundo, debemos transformar nuestra forma de producir, procesar, comercializar, consumir y desperdiciar alimentos. Para poder satisfacer nuestras necesidades futuras sin degradar y agotar los recursos y la biodiversidad.
Dietas basadas en harinas refinadas, azúcares simples, grasas trans y saturadas y carnes procesadas; carentes en verduras, frutas, legumbres, tubérculos, aceite de oliva y pescado, junto con estilos de vida sedentarios ha conducido a incrementar las tasas de obesidad, tanto en los países desarrollados como en países con bajos ingresos, en los que podemos encontrar la simbiosis de la desnutrición y obesidad. Por ello son de gran importancia las figuras de los profesionales de la nutrición y la dietética y la tecnología de los alimentos. Cada vez está más claro que no sólo es necesario que haya una seguridad alimentaria, sino que es necesario que esos alimentos disponibles sean seguros, nutricionalmente adecuados y, además, que la población tenga conocimientos suficientes sobre alimentación. No debemos olvidar que la habilidad para elegir una dieta saludable es algo que ha de aprenderse y que no es algo instintivo. Para poder garantizar que los sistemas alimentarios sean sostenibles y que puedan ofrecer dietas asequibles y saludables es necesario apostar por las tecnologías innovadoras, la ciencia, la investigación y las universidades.
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