Señales
Cuando te vas haciendo mayor, es muy probable que el carácter se te acabe agriando y tu paciencia y tu aguante se vean mermadas considerablemente. ... Te conviertes en un viejo cascarrabias que reniega de la modernidad y de los supuestos avances tecnológicos y sociales. Y si además estás enfermo, mucho peor. El pasado 1 de julio entraron en vigor las nuevas señales de Tráfico.
Hay nuevas señales y otras las han mejorado para facilitar su comprensión. La señal que advertía de la proximidad de niños, en la que, dentro de un triángulo rojo, se podía ver a un niño que va delante, de la mano de una niña, ha sido sustituida por otra en la que es la niña la que va delante, henchida de satisfacción, después de tantos años de servidumbre.
Me pregunto qué tipo de persona circulará ahora con su coche y, al reparar en la señal mejorada, sucumbirá a la emoción y las lágrimas, por el desagravio de una injusticia por fin reparada. Será el malaje propio de la edad, pero a estas cosas no me acostumbro. Porque no creo que sea algo banal. No es un simple cambio de señal. Es la constatación de que los meapilas y los oportunistas están al timón.
No me acostumbro a escuchar a señores hablar de sí mismos en femenino plural, o a Irene Montero hablar de niños, niñes y niñas. Como enfermo de ELA, nuestro colectivo necesita subsanar injustas discriminaciones, por eso propongo que cuando se hable por ejemplo de 'ciudadanos', se use la fórmula ciudadanos, ciudadanes, ciudadanas y enfermos, enfermas y enfermes de ELA.
Si usted pertenece a algún colectivo susceptible de discriminación, está en su derecho de que lo incluyamos en esta fórmula provisional. Sin embargo, por ahora, con que financien nuestra ley ELA ya aprobada, suficiente.
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