La pasada semana se clausuró en la sala Mauro Muriedas la exposición dedicada a Luciano Demetrio Herrero, quien habiendo nacido en La Habana (1870), tuvo ... una estrecha vinculación con Torrelavega, donde moriría (1939), y sobre la que incidiría de un modo fundamental en su urbanismo al ceder terrenos de su propiedad que dieron lugar a la avenida Menéndez Pelayo, el actual Bulevar y el icónico edificio del Ayuntamiento. De ideas republicanas, antepuso su amor a la ciudad a otros principios ideológicos, afirmando: «Antes que republicano soy español, y antes que español, torrelaveguense». La pequeña patria como prioridad. Su entrega y generosidad con la ciudad, de la que fue concejal, le hicieron acreedor de los títulos de Hijo Adoptivo y Predilecto.
La muestra, que estuvo organizada por la Asociación de Amigos de Torrelavega y comisariada por José Ortiz Sal, autor asimismo de un libro sobre el poliédrico personaje, reunió diversos materiales: fotografías, retratos, mobiliario y objetos personales combinando lo público con lo privado. Un placer contemplar una exhibición que nos acercaba al protagonista y a la estética de la época. El trabajo de recuperación de la trayectoria de este mecenas se suma a otras recientes, como las figuras de Hermilio Alcalde del Río y el pintor Eduardo Pisano en la Casa de Cultura y la del maestro de obra Pablo Piqué realizado por Sara del Hoyo. Le preguntaba un periodista a un ciudadano en una encuesta de calle que si sabía quién era Pereda y él respondió que una calle. Quizás muchos respondieran así sobre nombres ilustres de la vida torrelaveguense. Ir rescatando del olvido personalidades relevantes de la historia local, sobre todo de cara a los más jóvenes, es una tarea imprescindible para saber de dónde venimos y quienes contribuyeron con su dedicación y esfuerzo a construir la Torrelavega actual.
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