Ante el mayor desafío
La COP28 deberá ofrecer un dictamen convincente y persuasivo que permita acelerar el paso en la lucha contra el cambio climático
La cumbre sobre el cambio climático que comenzó sus sesiones ayer en Dubái tiene la encomienda de ofrecer un balance sobre el grado de cumplimiento ... y los efectos de las medidas adoptadas en París en 2015. El hecho de que la cita se celebre en Emiratos Árabes, octavo productor de combustibles fósiles, añade escepticismo a sus resultados, aunque está obligando a los anfitriones a implicarse siquiera puntualmente con la lucha contra el calentamiento global. La ausencia de los líderes de las dos principales potencias del mundo y las más contaminantes, el presidente chino Xi Jinping y el estadounidense Joe Biden, rebajará además el nivel de los compromisos que se adquieran en la COP28.
Existe un amplísimo consenso científico sobre la incapacidad mostrada hasta la fecha para frenar el cambio climático. Cada año transcurrido desde la firma del Acuerdo de París ha supuesto un incremento de la temperatura global, que hoy apuntaría a entre 2,1 y 2,8 grados al finalizar el siglo, con lo que las consecuencias sobre el planeta se agravarían exponencialmente. El presente ejercicio pasará a ser el más cálido de los últimos 174, cuando se estima que nos encontramos en torno a 1,3 grados por encima de la temperatura preindustrial. En tal situación se han sucedido catástrofes naturales, fenómenos extremos, sequías, hambrunas, y junto a todo ello el fallecimiento adelantado de miles y miles de personas. Porque no es que nuestro termómetro particular marque un grado más; es que la masa de agua de los océanos aumenta, al tiempo que se derriten los hielos y la atmósfera se transforma, con lo que la vida en la Tierra se hace más difícil para todos los seres que la habitamos. En parte, de manera irreversible.
Las instituciones y expertos reunidos en Dubái deberán ofrecer un dictamen convincente y persuasivo que permita acelerar el paso en los capítulos de mitigación, adecuación y financiación. Que comprometa a cada país en el cumplimiento efectivo de medidas propias, cuando se están demostrando insuficientes. Y que emplacen también a las empresas y a los mercados a mirar más allá de la rentabilidad inmediata. La convención de Dubái debe concretar el compromiso de la COP27 de Sharm el-Sheij sobre las ayudas a los países más directamente afectados por los gases emitidos por otros. Pero ello no puede convertirse en un cheque solidario que eluda las demás responsabilidades respecto al planeta.
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