Curso con más sobresaltos
La ciudadanía clama por que las fuerzas políticas converjan en lo esencial, atiendan necesidades reales y se alejen de la bronca continua
El inicio del curso político confirma una realidad que ya no se puede maquillar: España se encuentra atrapada en un gobierno cuyo único proyecto es ... garantizar la permanencia de Pedro Sánchez en la Moncloa. Así lo deslizó Alberto Núñez Feijóo en su acto de apertura del ciclo político en Pontevedra, y que lo percibe una mayoría de ciudadanos, que asisten con creciente desconcierto al deterioro institucional. Feijóo señaló al Gobierno por subyugar la acción política bajo el ejercicio de resistencia personal de Sánchez, donde los recursos del Estado se subordinan a su supervivencia. La imagen de un Ejecutivo que se declara inocente de todo, siempre en busca de culpables ajenos, refleja más debilidad que autoridad para el presidente del PP, quien alabó el compromiso de las comunidades autónomas frente a la inacción de la autoridad central, que durante este verano han mostrado coordinación y eficacia frente a emergencias como los incendios, según el dirigente gallego.
La pesada mochila judicial que acompaña al Gobierno marcará el comienzo del curso. Arranca señalado por las investigaciones al entorno familiar del presidente, que consolida a su esposa, Begoña Gómez, ante el foco judicial; el proceso abierto contra el fiscal general del Estado; la omnipresencia del 'caso Koldo', o las acusaciones contra el ministro Bolaños. Tantos frentes abiertos desvían la acción política y legislativa en un momento crítico dentro y fuera de España.
La mayoría que sostiene a Sánchez es tan endeble como su credibilidad, aseveran los populares, y cada votación se convierte en un ejercicio de supervivencia más que en un mandato de gobernabilidad. Mientras tanto, Feijóo lamenta que España pierda cohesión, confianza internacional y oportunidades de liderazgo, al tiempo que reclama un cambio político y, sobre todo, un cambio de valores. Mientras, los socios del bloque de investidura retoman el curso con sus respectivas exigencias en un guiño a sus electorados más que a la efectiva presión que ejercerán sobre un gobierno del que obtienen réditos. Pero la ciudadanía clama por que las fuerzas políticas converjan en lo esencial, atiendan necesidades tan reales como el acceso a la vivienda y se alejen de la bronca continua, que va a recrudecerse con el correr de los días.
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