Una guerra que ya hemos visto
Trump arruina el G7 con su exigencia de readmitir a Putin y sugiere que solo la rendición de Irán impediría que EE UU entre en el conflicto
G7. Literalmente, cuando Keir Starmer se arrodilló ante él para recoger del suelo el supuesto acuerdo comercial bilateral, en una imagen del verdadero estado que ... atraviesa ahora la «especial relación» entre Washington y Londres. Luego plantó al resto de grandes potencias una vez cumplido el único propósito que le llevó a Canadá: exigir que el club de los poderosos readmita a Rusia. De nuevo, el presidente republicano desinformó sobre el motivo de la expulsión de Moscú en 2014. El G8 volvió a ser G7 como castigo a Vladímir Putin por el comienzo de la agresión a Ucrania y la anexión ilegal de Crimea. El desaire al autócrata ruso no desencadenó la guerra que todavía padece el corazón de Europa, aunque Trump persista en manipular los hechos.
Antes de abandonar el encuentro, Estados Unidos obtuvo una declaración unánime de los reunidos que considera a Irán «la principal fuente de inestabilidad y terrorismo» en Oriente Próximo, además de respaldar el «derecho de Israel a defenderse». Aunque la guerra que enfrenta desde el viernes a ambos países la haya desencadenado el ataque «preventivo» de Benjamín Netanyahu y Trump se hubiera implicado en las últimas semanas en una negociación con Teherán sobre su programa atómico. Un proceso que ahora la Casa Blanca entiende finiquitado al sugerir que solo la rendición de los iraníes podría evitar una implicación abierta de EE UU en el conflicto, más allá de la asistencia logística y de Inteligencia que ya presta a Tel Aviv junto con aliados europeos y árabes.
El empeño de Netanyahu en arrastrar a Trump al combate en Oriente Próximo, por un peligro nuclear que ni siquiera acreditan los servicios secretos estadounidenses, recuerda inevitablemente la invasión de George W. Bush de Irak para acabar con las inexistentes armas de destrucción masiva. En el trance de decidir un paso de ese alcance, el 'presidente de la paz' recibe de su corte de colaboradores mensajes tan peligrosos como el del embajador en Tel Aviv, que le llama a actuar «como Truman en 1945», en ominosa referencia a las bombas atómicas contra Japón. El mundo respiraría aliviado por el fin de un régimen teocrático y represor, pero tal operación exigiría un despliegue terrestre y una estrategia para el día después. El comienzo, con mensajes en redes sociales para «evacuar» una capital de 10 millones de habitantes, no puede ser más desalentador.
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