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Editorial

Separación de poderes

El enjuiciamiento del hermano de Sánchez obliga al presidente y al Gobierno a extremar el rigor institucional en sus pronunciamientos

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 07:13

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La política institucional española se ha visto permeada en las últimas horas por dos episodios judiciales tan previsibles como insólitos. Primero, el lunes, la jueza ... que temporalmente se ha hecho cargo de la causa abierta al novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador, envió a este a juicio por dos delitos de fraude fiscal y uno contable, falsedad documental y organización criminal. Ayer, la Audiencia de Badajoz avaló la instrucción de la magistrada Beatriz Biedma y, con ello, la apertura de la vista oral a David Sánchez, hermano del jefe del Gobierno, y al líder del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, por posible prevaricación y tráfico de influencias por supuesto enchufe laboral. Se trata de dos procedimientos de distinta naturaleza y dimensión –el del pariente de Sánchez sí vincula su estatus con el supuesto beneficio obtenido de su parentesco–, pero que obligaban a los responsables públicos concernidos a mantener una escrupulosa distancia entre las instituciones que comandan en representación de toda la ciudadanía y esas causas que afectan a su entorno personal. Ni Sánchez ni Ayuso, inmersos en su extenuante batalla política, lo han hecho.

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