Marejada política
Las integrantes del Foro EnClave, tres mujeres con distintas ideologías, muestran desde la oscuridad del apagón sus diferentes puntos de vista sobre los escándalos que están azotando a la vida política española
Rosa InésGarcía Militante socialista
Fundido a negro
Las bombas estallando, los idearios encendidos y la realidad oscurecida. 16.500 niños asesinados en Gaza; el debate político hundido en la crispación y la ... realidad española de bonanza económica y récord de empleo oscurecida en este mix. Se fue la luz y se fundieron los plomos de algunos representantes públicos. Silencio gubernamental. Defender las renovables no está reñido con informar de la verdad. Amar las nucleares no obligaba al PP a votar contra las medidas para combatir los aranceles del tirano narcisista que pone en jaque el comercio mundial.
Un mundo herido por el odio y el miedo a los diferentes exige reconciliación, dice León XIV. La derecha no escucha y compra los postulados xenófobos sobre inmigración de VOX. Feijóo acaba de unirse a criticar los crímenes de Israel, «un numerito antisemita de la izquierda», según Ayuso. 232 víctimas por la dana y Mazón sin dimitir. Convocan congreso en busca de identidad.
Entre WhatsApp filtrados, el debate político transita la senda de infamias, conjeturas y tribunales. Un nuevo fascismo se despierta sin disfraces, Trump quiere quemar Harvard y Ayuso dejar morir la Universidad pública. La derecha escribe páginas repugnantes preguntando a una ministra dónde duerme mientras 400 almas pernoctan en el aeropuerto de Madrid cual maletas sin facturar. Ante decisiones urgentes: defensa, energía, inmigración, vivienda, resultaría prometedora la unión de los moderados.
Paro, respiro y canto con Bruce Springsteen «tiranos al infierno, suene la libertad y celebremos la vida por muy puñetera que sea».
María Luisa Sanjuan Exconcejal de Cs
Luz de gas
Un velo de incertidumbre cubre la política española, donde el efecto luz de gas parece haberse convertido en una estrategia recurrente. La distorsión de la realidad y la negación de hechos evidentes están siendo herramientas utilizadas para desviar la atención de los escándalos que sacuden el panorama político. Desde la polémica sobre la gestión energética del Gobierno hasta las acusaciones de corrupción en altas esferas, la ciudadanía se enfrenta a una narrativa confusa que amenaza con erosionar la confianza en nuestras instituciones.
Michael Ignatieff, en su análisis sobre la política líquida, advierte; «El peligro hoy es usar la democracia para acabar con ella». Esta reflexión cobra especial relevancia en un contexto donde nuestra Constitución y nuestro Estado de derecho parecen tambalearse ante la manipulación discursiva y la falta de transparencia.
El desconcierto que nos provoca este juego de espejos, donde los hechos se negocian, las palabras se pervierten y la verdad acaba siendo una víctima colateral, tiene consecuencias graves. Una, que algunos debates del Congreso nos generen el desasosiego de sentirnos accionistas sin dividendos de una empresa inútil. La peor, que muchos jóvenes se estén aproximando a discursos totalitarios que sólo pueden llevarnos a lado más oscuro de la Historia: el apagón de nuestra democracia.
Claudicar a la manipulación no sólo nos convierte en rehenes de la mentira. También tiene réplicas a escala mundial. Guerras narradas desde la propaganda, crisis climáticas relativizadas y democracias disfrazadas de voluntad popular.
Está en nosotros decidir. Aquí solo hay dos bandos. Verdad o ruido.
María LuisaPeón Militante popular
Sólo un mes
Zapatero fue un agorero. En 2008, tras una entrevista en televisión, deslizó una de sus frases más recordadas: «Nos conviene que haya tensión». Cualquiera de nosotros la hubiera suscrito el pasado 28 de abril, cuando sucedió lo inédito y España se quedó sin luz, sin teléfono, sin internet, sin tren. También sin explicaciones. Convenía que hubiera tensión… eléctrica.
Justo hoy se cumple un mes de ese, como dice Rosa Inés, fundido a negro. Y en solo un mes, han sucedido cosas extraordinarias, inusuales o sorprendentes. Extraordinaria es la elección de un nuevo Papa, León XIV, que nos ha dejado una de las imágenes más icónicas de la historia: el diálogo de Trump y Zelensky. Sólo ellos y dos sillas en la inmensidad de la Basílica de San Pedro, escenario pintiparado para hablar de paz.
Inusual, el procesamiento del hermano del presidente del Gobierno por presuntas maniobras asesoradas por Moncloa para crearle un puesto en la Diputación de Badajoz del que cobrar sin trabajar. Por si el hecho no fuera suficientemente vergonzoso, hemos de añadir la patraña urdida para aforar al presidente de la diputación, obligando a dimitir a troche y moche. Qué contradicción que se apellide Gallardo quien no demuestra ser ni valiente y elegante.
Y sorprendente, encontrarte en la portada de un periódico las conversaciones de WhatsApp de Pedro Sánchez con un imputado por tráfico de influencias, organización criminal, cohecho y malversación. Conversaciones que confirman cómo se las gastan los pájaros.
Así que, volviendo a ZP, cuando no hay gestión conviene tensión… y tener fontaneras viviendo en las cloacas.
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