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Este año, por fin y tras mucho batallar varias generaciones, se ha conseguido aprobar el decreto que da forma a la nueva Especialidad de Urgencias y Emergencias, una realidad en Europa desde hace más de dos décadas
Gema de Saro Gutiérrez
Médico especialista en Medicina Interna
Sábado, 16 de agosto 2025, 07:26
Los servicios de urgencias hospitalarias, son ese lugar al que ninguno querríamos nunca ir; y sin embargo, nos quedamos más tranquilos cuando tenemos uno cerca. ... Un lugar con las luces encendidas de madrugada, las puertas abiertas, donde encuentras a las 3, 4 y 5 de la mañana celadores, enfermeras de triaje y médicos jovencísimos cuando te ataca el cólico peleón, el parto tardío, o a tu bebé le sube la fiebre. Allí te reciben como si acabaran de empezar su turno, aunque algunos lleven más de 12 horas trabajando. Te atienden, te escuchan, te bajan la fiebre, el dolor, la angustia de no saber qué hacer cuando entra la noche.
Este año, por fin y tras mucho batallar varias generaciones, se ha conseguido aprobar el decreto que da forma a la nueva Especialidad de Urgencias y Emergencias, una realidad en Europa desde hace más de dos décadas.
Los médicos que actualmente ejercemos en los servicios de urgencia procedemos de otras especialidades; en su mayoría Medicina Interna y Medicina Familiar y Comunitaria. En algún momento de nuestras carreras, llegamos a este servicio y nos apasionamos por este campo, por la tarea que había que llevar a cabo, la energía que flotaba siempre en el ambiente. Fuimos siempre muy conscientes de que necesitábamos aprender cosas nuevas y adquirir habilidades y destrezas en el campo de las emergencias, y procuramos formarnos cada uno según nuestras posibilidades y siempre en nuestro tiempo libre.
Por todo ello, sabemos que es fundamental, ahora que la nueva especialidad toma forma, garantizar la mejor formación posible para los nuevos residentes en nuestro sistema MIR.
Porque trabajar en urgencias requiere no solo la capacitación profesional y científica del programa, y los años de experiencia; sino un espíritu fuerte, capacidad de entrega y de trabajo en equipo, un alto nivel de energía, y sobre todo, un alto nivel de empatía con el enfermo, su familias y las formas de enfermar.
Atendemos a los pacientes más graves, los observamos durante horas o días, e intentamos encontrar el equilibrio entre el tratamiento propuesto y la comodidad y dignidad de los pacientes. No siempre es fácil.
Hay que añadir, además, todas esas fatalidades que sobrevienen cuando uno menos se lo espera: los golpes de calor, los ahogamientos, los rescates, las calderas que tienen mala combustión, los incendios, las catástrofes naturales. Sobrevienen sin avisar, y hay que estar preparados.
El componente emocional que todo esto acarrea, el acompañamiento en las malas noticias, en las tragedias de la vida diaria, y en el sufrimiento de los demás, supone otra carga que hay que aprender a llevar y a superar.
A veces, cuando uno llega a casa, y ve a sus hijos dormidos o jugando, solo le queda dar gracias porque no nos tocó esta vez. Y es que en Urgencias, la conciencia de que tú puedes ser el siguiente está latente, la vulnerabilidad para la enfermedad, la muerte, los accidentes no respeta clases ni condiciones.
Pero estamos siempre. En Navidades, cumpleaños y domingos. Intentamos ayudar lo mejor que sabemos y el sistema nos permite. Estudiamos y aprendemos conceptos nuevos que nos permitan manejar mejor los problemas del día a día. Y el público acude y obtiene siempre atención, porque nunca decimos que no, no tenemos listas de espera ni hay que pedir citas telefónicas. Vemos a todo el que llega.
Y por eso, queremos estar mejor, queremos formar a nuestros residentes en nuestra Comunidad Autónoma, para llenar todos esos huecos que un verano más se quedan sin cubrir. Somos cuatro hospitales en Cantabria con servicios de Urgencia Hospitalaria. Y queremos hacerlo desde nuestra experiencia, en honor y recuerdo a aquellos médicos, maravillosos compañeros que nos formaron; de acuerdo con los programas nacionales y los Comités de Especialidad en los que estamos presentes.
Este año, por el momento, Cantabria no solicita plazas MIR para Urgencias. Esperamos que esto se corrija desde los estamentos que corresponda.
No nos podemos permitir perder esta oportunidad. Porque solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando llueve. Y los fines de semana nos llega a todos el mismo mensaje al móvil: ¿estás trabajando?
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