Un gran banco
El soportal ·
Cuando leí la noticia, ya entendí que no se trataba de una nueva entidad financiera, y encima gigante. Malos tiempos para problemáticas aventuras bancarias, y ... si no que se lo pregunten a la presidente del Banco Santander, doña Ana Botín, y a los pequeños accionistas de toda Cantabria. A pesar de todo, no han perdido la esperanza porque en tiempos de epidemia, como la que nos está sacudiendo, es lo último que se pierde, y gozar de buena salud, continúa siendo nuestro mayor consuelo. ¡Qué tiempos aquellos!, y con música de Zarzuela.
Hace unos años fue publicado un documentado trabajo de investigación 'El Banco de Torrelavega, 1920-1942' realizado por nuestro amigo Tomás Bustamante. Páginas minuciosas; a la vez excelente y entrañable el recuerdo de aquellos personajes, entre los que destaca a don Santiago Sañudo Solórzano, hoy olvidados y todos merecedores de un reconocimiento a su esfuerzo. Ahora, este nuevo «gran banco» va a ser otra cosa. No creo que sea necesario colorearlo, aunque parece que los «selfis» en el entorno van a ser su principal atractivo turístico, quizás motivados por la apasionada promoción del faro que pintó Okuda, encumbrada por el presidente Revilla.
El horizonte es diferente, y los riesgos también lo son: no es lo mismo precipitarse al mar que caerse desde un banco de un metro de altura, y ¿acaso sus cinco metros de longitud no acogerán la siesta benéfica de algunos jubilados? Sí, los tiempos y circunstancias cambian y mandan. El pasado 12 de mayo se ha cumplido el centenario de la constitución del Banco que llevaba el nombre propio de esta ciudad; un buen momento para recordar, incluso en ese banco del Bulevar, a todos aquellos comerciantes, pequeños industriales y particulares «que hicieron grande a Torrelavega y la definieron como una ciudad pujante, laboriosa, de altas miras, creando un cruce de caminos eminentemente comercial».
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