El Museo del Ferrocarril y su traslado a Cajo
Las entidades responsables de la integración ferroviaria de Santander deben responder al reto de consolidar y potenciar este museo
La integración ferroviaria de Santander, que supone la unificación de las dos estaciones y la concentración de vías existentes en el espacio próximo a la ... ladera donde se ubica el Parque del Agua, es uno de los retos históricos a los que se enfrenta la capital de Cantabria. Desde las décadas finales del siglo XX se viene analizando el modo de abordar este macroproyecto que liberará una gran superficie para la ciudad junto a la poblada calle Castilla. En 2024 el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible avanzó que el primer paso de esta intervención urbanística comenzará en 2026 con un nuevo edificio de oficinas de ADIF en la zona de la Peña del Cuervo, lo que abrirá el camino a la reordenación de vías posterior, una ampliación de la estación existente y otras obras.
Esta actuación afectará plenamente al Museo Cántabro del Ferrocarril, que se ubica en esta zona, y la intención de las entidades responsables del proyecto es trasladar el patrimonio histórico ferroviario e industrial que contiene a la zona de Cajo, en donde se encuentra un gran depósito de locomotoras y los talleres de mantenimiento, de mediados del siglo XX, que cuentan con amplias naves de cubierta abovedada de hormigón armado con grandes ventanales y lucernarios, que ofrecen unos espacios diáfanos de gran belleza. En el mismo lugar se conserva la nave semicircular de distribución de las máquinas, con una rotonda metálica giratoria que, en su conjunto, forma un conjunto de gran interés y muy apropiado para este nuevo uso.
Se trata de una oportunidad única para poner en valor esta impar colección ferroviaria que cuenta, entre otras importantes piezas museísticas, con trece vehículos rodantes declarados Bienes Inventariados del Patrimonio Cultural de Cantabria (BOC, 20 agosto 2021), y que puedan ser expuestos en unos edificios singulares del patrimonio ingenieril. Señalar que, en Burgos, el antiguo depósito de locomotoras, similar al de Santander, ha sido conservado y transformado en 2009 en un centro de creación musical.
El actual museo está gestionado por la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril (ACAF), fundada en 1978 y que en 1995 se trasladó a unas antiguas naves en la zona de las estaciones. A lo largo de casi medio siglo de existencia, y con un enorme esfuerzo de sus asociados y colaboradores, ha conseguido reunir una extraordinaria colección donde se custodian locomotoras, coches de viajeros, vagones y material histórico ferroviario, y se preserva la esencia de un tiempo en que el tren era la clave del progreso. También permite conocer la historia regional de los pioneros del ferrocarril, con el primer paso en tren de la cordillera Cantábrica a mediados del siglo XIX, la vida cotidiana de los ferroviarios y la conexión del tren con la industria local (minería, siderurgia, etcétera). Aventura humana y legado que nos cuentan la estrecha conexión del ferrocarril en Cantabria con los tiempos de la revolución industrial, cuando se cimentó una buena parte del desarrollo de la economía regional.
Conscientes del valor que tiene este museo para la Comunidad Autónoma, al ayudar a interpretar una parte sustancial de nuestra historia, el Grupo Alceda otorgó en 2022 su reconocimiento a las buenas prácticas en la defensa del patrimonio a la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril. Con ello se quería animar a esta entidad a que continúe con su necesaria labor, al tiempo que se le manifestaba el apoyo ciudadano para conseguir el traslado de su voluminosa colección museística a la nueva sede en Cajo.
A oriente y occidente de Cantabria, nuestras Comunidades vecinas cuentan con dos magníficos museos ferroviarios: el del País Vasco con sede en Azpeitia, inaugurado en 1994, y el de Asturias, ubicado en Gijón, inaugurado en 1998 y gestionado por su ayuntamiento. Es ahora, cuando las entidades responsables de la integración ferroviaria de Santander, ADIF, Gobierno de Cantabria y Ayuntamiento de la Santander deben planificar una respuesta adecuada a los espacios ferroviarios, la ocasión de resolver el cambio de sede del Museo Cántabro del Ferrocarril a los actuales talleres de Cajo y preservar, de este modo, un capítulo indispensable de nuestra historia.
Firman este artículo: Luis Villegas, Domingo de la Lastra, Aurelio G.-Riancho, Celia Sobrino, Esther Sainz-Pardo, Ana Martínez, Paloma S. Broch, Sara G.-Riancho, Manuel G.-Alonso, Rosa Coterillo, Karen Mazarrasa, Celestina Losada, Carolo Echeverri, Mina Moro, María José Trimallez, Ignacio Lombillo, Fernando Mantilla, Cosme del Olmo, Clemente Lomba, Javier Marcos, Rosa Argos, Manuel L.-Calderón, Rodolfo Maza-Madrazo, Alberto G. Hoyos, Esperanza Botella, Juan López-Ibor, Angelines Basagoiti, Carmen Alonso, Digna Fernández, Ana Lastra, María García-Guinea, Marta Rubio, Javier Gómez-Acebo, José Manuel Pastor y Ana Trimallez.
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