Con solvencia y sin ruido

Por presupuesto, los de José Alberto no eran favoritos para ascender. Almería, Cádiz y Granada, descendidos desde la máxima categoría el año pasado, tenían todo a su favor para ocupar las primeras posiciones y, ya ven, su rendimiento ha estado muy lejos de lo esperado. En deporte, las prestaciones de tus rivales tienen mucho que ver con tu propio éxito o fracaso.

En política sucede algo similar. El brillo o desacierto de tus oponentes ofrece una relación directa con tu propia trayectoria. En el caso de Cantabria, conforme avanza la legislatura, el Gobierno de María José Sáenz de Buruaga parece asentarse sobre cimientos cada vez más sólidos. Ni siquiera la falta de médicos (problema endémico de todas las comunidades) o el descontento de los docentes parecen problemas irresolubles que le hagan mella electoral. Aplicar un mínimo de sentido común, sacar adelante la valiosa Ley de Simplificación, una notable rebaja fiscal y gobernar sin estridencias le bastan para manejar con solvencia y sin ruido el Gobierno de Cantabria.

A todo ello, súmenle que la oposición evidencia síntomas de fatiga de materiales. El PRC habita en la indefinición, sin calzar la bota de taco largo en el Parlamento, temeroso de soliviantar al Ejecutivo y buscando un discurso propio que justifique su propia existencia más allá de Revilla. Al PSOE, aun manteniendo las aguas internas con cierta calma, le resultará difícil a ojos del electorado cántabro justificar las alianzas de Pedro Sánchez con los independentistas, más allá de los casos que la Justicia sigue investigando y que desgastarán aún más su labor. Y Vox, demasiado tiene con que aquello no acabe como una pelea de barro a la salida de un polígono.

El panorama político se ve percibe con nitidez cristalina. Ojalá lo del Racing fuera igual de sencillo.