De tapas
Esta semana se ha grabado en Santander un episodio del programa de TVE 'España de tapas', algo que resulta de los más sorprendente porque las ... tapas, o lo que se conoce como tapas, no suelen servirse en los bares de Cantabria. Y mira que es una pena, porque las rabas, los bocartes o las banderillas son como para hacerlos patrimonio de la humanidad, pero el diccionario de Academia y la real enciclopedia de la calle lo dicen bien clarito: la tapa es un acompañamiento de la bebida y se sirve gratis, cortesía de la casa. Lo demás será pincho, ración o como quieran llamarlo, pero no tapa.
Y es que lo de la tapa no es ni una costumbre ni una estrategia comercial, qué va: es más bien una cultura. Se ha llegado a decir que la inventó Alfonso X, que entre cantigas y partidas de ajedrez tuvo la idea de promulgar una ley que obligaba a los taberneros a 'tapar' las jarras de vino con pan o algún otro alimento. Un sabio, vamos.
Pero más allá de la leyenda, la tapa es innegociable en territorios tan míticos de la gastronomía nacional como Granada o León. De hecho, por el Húmedo casi se sale más 'de tapas' que 'de vinos', y la fortuna de un local depende de lo que ponga de 'tapina'. Si no es sabrosa y generosa, a buen seguro que cerrarán pronto.
Cierto es que cada vez son más los bares cántabros que se estiran y obsequian a la concurrencia con alguna vianda y son de agradecer, pero no es la norma. Y no estaría mal que cundiera el ejemplo; ¿no sería glorioso que en los bares cántabros te pusieran de tapa, por ejemplo, una raba de magano?
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