Y ahora ¿qué hago?
«No pedimos títulos sino una hoja de servicios», Diana Morant dixit
Al escucharlo sentí un leve vértigo y creo que llegue a decir en voz alta: «Joder, pero si es la ministra de Universidades, ¿cómo puede ... decir eso?, ¿ahora qué les digo yo a mis alumnos y alumnas?».
Desde que me lo pidieron hace ya algunos años, en mis clases incluyo una sesión que lleva por título 'Algunas cosas que os ayudarán a encontrar trabajo'. Entre otras, les recomiendo que sigan haciendo la carrera, y haciéndola bien, pero al mismo tiempo les digo que piensen en hacerse voluntarios, colaboradores, becarios, o lo que sea, en una organización dedicada a algo que les guste o que esté vinculada a una afición que tengan; por ejemplo, una ONG, un club deportivo, una fundación, una empresa cultural, una productora, etc. Y dentro de la lista de opciones les propongo también que, si tienen vocación o simplemente les gusta la política, que se metan en las Juventudes del partido que más les guste, con el que más se identifiquen.
Lo hago porque es un consejo concreto, fácil de realizar, y les explico que si lo llevan a cabo obtendrán experiencia y relaciones en un entorno del que les podrán surgir oportunidades laborales en el futuro ya que, hoy en día, todas las grandes empresas y organizaciones –y por supuesto los partidos políticos– necesitan estrategias de comunicación que es, en el fondo, lo que yo les enseño.
Pero resulta que ahora viene nuestra ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, nada más y nada menos, y suelta eso de que «no pedimos títulos sino una hoja de servicios». Y uno se pregunta qué es eso de la hoja de servicios que, francamente, a mí me suena a algo militar. Pero lo que de verdad me preocupa es qué les voy a decir a mis nuevos alumnos el próximo curso, peor aún, qué voy a responder a los antiguos cuando me saluden en la cafetería o me paren en los pasillos y me digan con sorna algo así como «¡Juanco, con que es importante que acabemos la carrera, eh?!» o «¡Juanco, qué buena idea meterse en un partido, eh?!»… Y yo no sabré qué decir.
O quizás sí y, aunque sea para salir del paso, les diré que comiencen a maquillar, manipular, falsificar o directamente inventarse títulos para su currículum y, sobre todo, que se hagan colegas en sus partidos, y de cualquier político que conozcan, que les pueda en un futuro firmar su hoja de servicios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión