La Fundación Cotec acaba de dar a conocer su informe anual, que analiza la situación de cada una de las comunidades autónomas en cuanto a ... innovación, desarrollo económico y social. Una memoria que se ha dado en llamar 'Mapa del talento'. Valora seis pilares, seis aspectos o facetas, que van desde la situación del mercado laboral, a la capacidad de producir conocimiento, la atracción de empresas foráneas, o el impulso educativo. En todas ellas toma como país referente a Alemania, y los resultados no ofrecen demasiadas sorpresas. Las comunidades de la 'España rica' copan las primeras posiciones, las de la 'España pobre' se sitúan a la cola, y Cantabria queda entre el octavo y el noveno puesto en el cómputo global.
Como cabía esperar, Madrid, Cataluña, País Vasco y Navarra se sitúan en los puestos de liderazgo, incluso por encima de la referencia germana. Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Canarias se encuentran en las últimas posiciones. Cantabria queda clasificada por debajo de la media de España, y por supuesto, lejos de la referencia germánica, en cinco de las seis categorías. Pero llama la atención que en el apartado denominado 'Crecer', que se relaciona con el impulso educativo y los resultados obtenidos, nuestra comunidad no solo supera la media de España, sino que incluso está por encima de la referencia de Alemania, para situarse en el tercer lugar a nivel nacional, por detrás de País Vasco y Madrid. Pormenorizando, este capítulo analiza inversión en educación, habilidades digitales de los docentes, ranking de universidades, formación TIC en empresas, lectura, matemáticas y ciencias, y ascensor social. En este último apartado concreto, con una puntuación de 77,7 Cantabria supera la referencia alemana de 77,1.
Los datos de este informe vienen a confirmar que la región cuenta con un potencial que a la postre se desperdicia, que no es capaz de mantener y consolidar. Así, ocupamos el cuarto lugar por la cola en el empleo de jóvenes, y somos los últimos, sí, últimos con un cero patatero, en la correspondencia entre cualificación y ocupación. Es evidente: dilapidamos talento, y no nos lo podemos permitir.
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