Trincar sale barato
Las penas que serán impuestas a los implicados en el denominado 'caso Obras Públicas' y en la pieza separada del mismo, el 'caso Gesvicán', han ... generado en el ciudadano de a pie la convicción de que son excesivamente benévolas para el perjuicio causado, la alarma social creada y el daño provocado a la imagen de los funcionarios públicos. Tan solo uno de los implicados, el exjefe de Carreteras, ingresará en prisión. Todos los demás no pisarán la cárcel. Los empleados de Gesvicán y los responsables de las empresas vinculadas a la trama en ambos casos serán sancionados con multas que oscilan entre los 1.350 y los 2.430 euros. Los empleados quedan suspendidos por dos años para cargo público y las empresas no podrán contratar con el sector público durante tres años y ocho meses.
Las instancias judiciales merecen el máximo respeto, y actúan de acuerdo a la ley, pero la percepción del ciudadano es que estas conductas no son castigadas con la contundencia debida. Más de un autónomo apunta que cualquier pequeño error u omisión en sus deberes con Hacienda o la Seguridad Social le acarrea sanciones cuatro o cinco veces superiores. Por otra parte, parece de sentido común que tanto profesionales como empresarios que han delinquido no deberían poder volver a beneficiarse de empleos o adjudicaciones de carácter público de por vida. Además, hechos de este tipo no deberían prescribir nunca, como ha sucedido en este caso, en el que las prácticas corruptas se han prolongado durante casi dos décadas. Las indemnizaciones impuestas no sabremos nunca qué porcentaje de lo saqueado a las arcas públicas cubrirán, porque únicamente los afectados conocen el botín que amasaron ilícitamente durante todo ese tiempo. Así que, en contra de lo señalado por el Servicio Jurídico del Gobierno Regional, ni se ha recuperado todo lo que se llevaron ni se ha apartado a los condenados de los cargos públicos definitivamente. Sí, ya sabemos que quizá no había pruebas suficientes para poder incrementar las condenas, pero el mensaje que cala en la sociedad es que trincar sale barato. Y es un mensaje muy peligroso.
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