Vía muerta

Volviendo a la hemeroteca, azote de políticos mentirosos e incumplidores, recordemos que el AVE a Santander, que inicialmente venía por el único trazado que técnicamente lo hace posible, por un túnel por El Escudo, lo paralizó un gran amigo de Revilla, José Luis Rodríguez Zapatero. Después planteó la alternativa vía Palencia, que hace imposible técnicamente la llegada a la capital, y que ya veremos si algún día arriba a Reinosa.

La última propuesta sobre raíles es el 'tren rápido' Santander-Bilbao. Los populares se han ido esta semana a Castro Urdiales para manifestar sus temores por el futuro del proyecto. Ese que costaría más de 2.000 millones de euros, con dos tercios de su recorrido bajo túneles, y del cual no se sabe nada desde hace veinte meses, cuando la entonces ministra lo presentó. Han dicho que no son muy optimistas. No andemos con eufemismos: ese tren no se hará nunca. El proyecto, que prevé su entrada en servicio más allá de 2040, es un brindis al sol.

Últimamente se habla del corredor Atlántico, que dado que transcurrirá –Dios mediante– por las comunidades del norte, no entiendo que se denomine así y no corredor Cantábrico. Tan solo la CEOE regional ha venido a llamar la atención sobre su importancia para nuestra comunidad, tras la desidia y olvido absoluto de nuestros gobernantes y opositores.

Así, entre la abulia de unos, la complacencia para no incomodar a Madrid y mantener el cargo de otros, permanecemos en vía muerta. Y con lo que se avecina, el trato preferencial a los socios expoliadores nacionalistas de aquí y allá, nuestro futuro ferroviario es tan oscuro como el paso por un túnel, estrecho e incompatible con vagones modernos.