Están los elementos descontrolados. Bueno, aclaremos antes de nada lo de 'elementos' porque hay muchos tipos y muy diferentes. Existen además unos cuantos de los ... que podríamos llamar «elementos propiamente dichos» o «malversadores «, buscando el calificativo más suave, ahora que eso ya no es delito. Pero no, no nos referimos a eso: nos referimos a los elementos meteorológicos que en este momento andan inquietos: las nubes dudosas con cielo encapotado, llovizna y cierto fresquito. Estos elementos hacen de Cantabria un destino todavía más apetecible y atractivo. Ya llegarán, sin duda, los que busquen el sol y el freírse vuelta y vuelta en la playa.
Pero ¿quién da más? dicen los muchos que llegan asfixiados al comprobar el nublado, aterrizando escapados desde Bilbao, desde Vitoria -sobre todo Vitoria- y los de Pamplona, que allí no se cabe estos días, con los de Burgos -sobre todo de Burgos- y los de Logroño, Salamanca, Valladolid o Palencia e incluso los de Zaragoza que llegan con la lengua fuera. Además de los de allende los mares que no son pocos en estas fechas. Todos a disfrutar de nuestra bendita región, sobre todo en estos días a los que gustan del paseo o el senderismo o la contemplación de nuestros valles o de la bahía que se disfruta muy bien cuando el sol no ciega.
Y además se busca muchas veces el buen yantar en restaurantes de postín, que hay un montón aprovechando estos elementos. Así se puede.
«Duelos y quebrantos los sábados», decía don Quijote, que así le llamaba a la tortilla con tocino, pero también a los sesos hechos en cazuela con algo más de vaca que de cordero... como para calores. Y ya más suave: «un salpicón por las noches», que era carne de vaca troceada y guisada.
Para abordarlo todo, por supuesto con una menor rotundidad, están los elementos cooperando en este clima transitorio y acogedor.
Se dice transitorio porque ya está pactado con el astro rey y con el Señor su presencia en la Semana Grande y los toros. Que eso sí es sagrado.
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