Creemos inventar la pólvora al descubrir que los independistas catalanes lo que querían es dinero. Es como si descubriéramos ahora que existe ese polvo negruzco ... con olor a azufre propio de los diablos, cuya fórmula fue publicada reinando la dinastía Song en el siglo XI en China y que luego se exportó a occidente tal virus covid.
Es que se suscitan en la política, últimamente, decisiones incomprensibles ante peticiones del separatismo que, una vez tras otra, no solamente buscan la descomposición de España y la quiebra de su unidad sino además la asimétrica distribución de la riqueza. Ahora quieren en Cataluña una financiación singular y la condonación de su deuda de 90.000 millones…¡toma nísperos!. Un «todo para mi y un poquito para los demás» que siendo una actitud insolidaria se trata además de un gesto supremacista con aviesas intenciones.
Lo peor del asunto es que ante ese «boquita que pedís» insolidario, la respuesta desde los que nos gobiernan, siempre es la misma: un 'sí señor' permanente que pone a prueba las costuras del Estado y que desconocemos cuál será su final. Existe gran inquietud ahora mismo entre la gente.
Ahora se ve a las claras que lo que querían era el dinerito, como casi siempre en Cataluña. Quizá muchos no han calculado que una nación como la nuestra, antigüa y por lo tanto sabia, tiene argumentos constitucionales que pueden golpear en los costillares de la pretendida desigualdad e impedirla,. Y eso a pesar de que se vayan eliminando responsabilidades con la desaparición de la sedición, la rebaja de la malversación, el indulto y la amnistía de demostrados delincuentes que amenazan con volver a repetir aquel bodevil de 2017. Y lo explican en los pasillos de las Cortes Generales con desfachatez, que es el colmo del atrevimiento. Pero al Estado le quedan todavía resortes que funcionarán para impedir el robo tanto en euros como en ilusiones que se pretende. Son nuestra esperanza.
Uno de ellos, quizá el mejor, es la Jefatura del Estado que curiosamente cumple estos días 10 años del reinado de Felipe VI con su respetada figura que sustenta la institución a la vez que nos concede firmeza histórica, ejemplaridad y transparencia que no son pocas cosas. También orgullo, representando la unidad y la igualdad de todos los españoles en la geografía y en el proyecto común, con los derechos y las obligaciones por las que llevamos más de 500 años luchando . Ya lo expresó con claridad un 3 de Octubre de 1917. .¿Algo así?.
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