Fidel de Mier, poeta melancólico
Habitualmente, con motivo de las fiestas locales y en Navidad, regresan a su ciudad quienes por motivos laborales o por azar viven lejos del lugar ... donde nacieron o pasaron sus años de infancia y adolescencia que son los que marcan de un modo especial. No desaparecen las imágenes de ese tiempo de aprendizaje pese a que en ocasiones la memoria borre algunos nombres, algunos espacios.
A veces, se suceden las fechas, se aplazan los regresos, y cuando uno se da cuenta han sido muchos años sin volver, por más que nos hayamos preguntado tantas veces por aquellos amigos con los que compartimos aulas, juegos, incluso amores.
También los que permanecemos nos preguntamos por ellos. Yo estos días me he encontrado con Fidel de Mier. Fidel nació en Sopeña en 1937 pero a los 9 años su familia se instaló en Torrelavega. Su hermano Emilio fue concejal en el Ayuntamiento en la primera Corporación de la Democracia. Ellos con Manuel Gutiérrez Aragón, Mauro Muriedas, Francisco Jubete… forman parte de la generación de posguerra torrelaveguense que trató de abrirse camino intelectualmente en la grisura de un tiempo difícil.
Recordemos la época de Prometeo. Fidel se licenció en Derecho en Oviedo. Impartió clases en el Colegio La Paz. Al aprobar las oposiciones, en el Marqués de Santillana, en Tuy, en Castañeda y, finalmente, en Cabezón de la Sal, donde llegaría a ocupar la dirección del instituto hasta su jubilación. En ese momento decide trasladarse a Madrid, donde reside actualmente. Viene a Cantabria en verano. Este año, con un nuevo libro bajo el brazo, 'De varia invención'. En realidad son cuatro, los tres primeros son relatos poéticos llenos de referencias bíblicas, el cuarto sus característicos poemas juanrramunianos. 'Verso' (1979), 'Páginas del libro de la melancolía' (2012) y 'Libro de las palabras perdidas' fueron sus anteriores publicaciones.
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