Y mañana, lunes
Esto ya es otra cosa. Después de mes y medio de vacaciones, sus señorías han reaparecido con energía renovada y ahora los lunes vuelven a ... ser lo que eran. Menos mal. No sabíamos qué hacer sin ellos. Estábamos desorientados, era como si nos faltara algo para empezar la semana. Pero ya están aquí, dispuestos a hacernos más amena la jornada. Sí, ya sé que a usted le pasa lo mismo, que está deseando que llegue mañana para disfrutar de esa agenda repleta de proposiciones no de ley, mociones, interpelaciones, preguntas y demás cuestiones que, dicho sea de paso, suelen llegar a destiempo. De esas sesiones maratonianas con jornadas de mañana y tarde-noche. De esos calentones que van 'in crescendo' y terminan en educadas broncas. Y todo para disfrutar de los protagonistas principales, de los de reparto y de los extras, que también están aunque usted no les vea.
Cuánto lo echábamos de menos. No nos hagan esto. Mes y medio sin noticias parlamentarias era mucho tiempo para el ciudadano de a pie. Menos mal que han vuelto. Quién si no nos iba a decir los lunes que «Cantabria no se hunde» o que el gran problema que confiesan quienes mandan ahora es que han «heredado» una región rezagada fruto de «un mal Gobierno de ocho años». O todo lo contrario. Dónde si no vamos a escuchar a quienes gobernaban antes decir que están «especialmente preocupados» por la situación de la industria y el empleo, que la presidenta actual prometió «soluciones de manera inmediata» cuando accedió al cargo y aún están esperando o que los consejeros «permanecen en una absoluta inacción». O dónde mejor que en el Parlamento para comprobar que todos ellos se reprochan «no estar al servicio de los cántabros sino de otros intereses». Mes y medio sin el «y tú más» era demasiado castigo. No lo podíamos aguantar. Y mañana, lunes. Otra vez.
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