El mayor club VIP del mundo
HIC SUNT DRACONES ·
Los políticos chinos son los gobernantes mejor preparados del planetaNo se puede entender el mundo actual sin China ni se puede entender la China actual sin el Partido Comunista chino (PCCh): la mayor máquina ... política del planeta que, desde 1949, gobierna un quinto de la población mundial. El Partido, en China, es tan invisible como omnipresente y cualquier estrategia adecuada de negocios aquí exige tener en cuenta este factor. Mientras en Occidente el juego político está en manos de una élite económica, en China el poder económico está controlado por los más de 90 millones de miembros que componen una agrupación elitista y meritocrática. Un verdadero 'club VIP'. El PCCh, que el 1 de julio acaba de celebrar su centenario, alcanza y abarca a todas las capas sociales, en todos los rincones del país y en todos los ámbitos de la vida política, financiera, empresarial, industrial, militar, campesina, cultural, deportiva, intelectual, científica y artística. Las 5 estrellas amarillas que forman la bandera china así lo reflejan: 4 estrellas menores representando a las masas militar, obrera, campesina e intelectual; junto a ellas, una estrella mayor para guiarlas y gobernarlas a todas: el PCCh.
El embajador que más tiempo ha representado a España en China, Eugenio Bregolat, reconoce que los políticos chinos «son los gobernantes mejor preparados del mundo». A diferencia de lo que ocurre en Occidente, donde cualquiera puede dedicarse a la política, en China sólo los más capaces, preparados y comprometidos pueden gobernar y ejercer cargos políticos. Así, en la mayoría de los casos, convertirse en miembro del PCCh exige de un proceso de acceso que dura años, precisa de una invitación previa, de una exhaustiva formación y un juramento de lealtad absoluta y vitalicia al Partido. Nada escapa al PCCh: para triunfar del todo en China es preciso pertenecer al PCCh y, a su vez, quien destaca de manera brillante en cualquier disciplina es invitado, antes o después, a integrarse en el PCCh. Por ello, en China, Estado, Gobierno y Partido se mezclan simbióticamente. Eso convierte a este 'club' en un colectivo de gente altamente competente y comprometida con la causa nacional. La mecánica del Partido se apoya precisamente en tres pilares de larga tradición confuciana: la meritocracia, la jerarquía centralizada y la obediencia férrea.
El PCCh es, además, una organización política con características mucho más chinas que comunistas, que heredan parte de la organización institucional tradicional del mandarinato que administró China a lo largo de milenios.
Así, el Partido gobierna el país con los más brillantes y no existe apenas alternativa más allá de sus márgenes porque el PCCh las absorbe todas. No cabe excelencia fuera del PCCh: todo el talento acaba formando parte del Partido y, de este modo, sólo sus miembros disponen de la experiencia, los medios y los contactos para gobernar eficazmente el país. En la cúspide de esa pirámide de 90 millones de miembros hay un grupo de 9 personas, el núcleo duro del PCCh: el Comité Permanente del Politburó. Siempre he pensado que, aquellos que alcanzan la cima de la República Popular y del PCCh, tal vez no sean los 9 chinos más inteligentes de toda China, pero -sin duda- pertenecen al 0,001% más competente y preparado para gobernar semejante mastodonte.
Y, ¿qué opina el chino medio de este poder total y omnímodo? A pie de calle, la ciudadanía china no participa en la elección de miembros del PCCh, pero apoya de manera abrumadora al gobierno y legitima sus logros. El último informe (2021) del -nada sospechoso de parcialidad- 'Ash Center' de la Universidad de Harvard, así lo corrobora: la satisfacción ciudadana china con su gobierno vive máximos históricos. El motivo es doble. Por un lado, el PCCh, de origen revolucionario, restauró la soberanía nacional de China hace 71 años, liberando al país del control occidental. Por otro, el PCCh tiene, entre sus méritos, el milagro económico chino de los últimos 40 años y haber sacado a 800 millones de personas de la pobreza. No es moco de pavo.
Esa extraordinaria transformación nunca hubiese podido operar de no haber sido gracias a una gestión centralizada. Prueba de este apoyo mayoritario al PCCh es que, ni entre la población local ni entre los más de 40 millones de ciudadanos que forman la diáspora china por el mundo, ha surgido hasta la fecha un movimiento relevante de oposición al PCCh.
La eficaz gestión y control del covid en su territorio ha venido a apuntalar este masivo apoyo al Gobierno. Hace unos meses, el PCCh demostró, una vez más, su fuerza cuando frenó en seco la que estaba llamada a ser «la mayor salida a bolsa de la historia», de la FinTech china «Ant Group». Fue, también, una llamada de atención a la figura más emblemática y rutilante del panorama empresarial chino: el carismático y mediático multimillonario Jack Ma, fundador del grupo Alibaba; el chino más rico del mundo (y también miembro del PCCh). El mensaje era nítido: «da igual lo rico que seas en China, nadie está por encima del PCCh».
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