Un mundo feliz

¿Se imaginan lo bien que van a vivir los ciudadanos –y con qué holgura– en esos espacios más amplios y supongo que mejor cuidados? Sin comercios urbanos, prácticamente sin circulación y sin coches aparcados en las calles. Todas las compras se harán en barrios periféricos a donde iremos por silenciosas cintas y escaleras transportadoras. ¿Qué habrán hecho con los vehículos de particulares qué tanto deseábamos en otra época? Y qué más se puede pedir si tendremos –tendrán, claro– un tren rápido a Bilbao. La Ley de Igualdad será una realidad plena. Los individuos de sexo masculino, más o menos definido, habrán conseguido los mismos derechos que los de sexo femenino. La reproducción a la carta permitirá a cualquier persona ser progenitor de un niño-probeta con las características elegidas, sin necesidad de molestos embarazos y partos. Hasta la eutanasia ya estará superada…

En fin, menos mal que el pronóstico es a veinte años y no a cincuenta, porque entonces quizás el 'Mundo feliz' de Aldous Huxley se iba a quedar muy corto. Afortunadamente todos los estudios estadísticos se basan en el cálculo de probabilidades. Entran en juego otras variables que echan por tierra nuestros cálculos. Si no que se lo digan a Tezanos en el CIS. Ya he comentado mi experiencia cuando hace unos cincuenta años pronostiqué que Torrelavega en el año 2000 tendría cien mil habitantes. Entre la píldora y otros factores, los torrelaveguenses se dedicaron a otros menesteres. ¿Y no nos acabarán repoblando los chinos? Otro dato: leímos en El Diario días pasados que el 52% de la población debería acudir al psiquiatra. No sé si en esa cifra habrán influido los 52 escaños de Vox. Suele decirse que «los niños y los locos son los que dicen las verdades», pues a lo mejor también Vox. Bromas aparte, para estar tranquilos, a nuestro amigo psiquiatra le preguntaremos si estamos en el porcentaje 48 ó 52. Lo cierto es que de poeta, tonto y loco, todos tenemos un poco. Evidentemente, unos menos y otros más.