Borrar
La tierra dormida

La 'hazaña' de retar a la sociedad excretando

Domingo, 13 de julio 2025, 07:34

Comenta

Llevamos años repitiendo como un mantra que tenemos la generación mejor preparada de la historia: más años de escolarización, mas titulados, más acceso a la ... tecnología y a la información, pero, de pronto, algunos de esos mismos jóvenes lo ponen en duda. Esta misma semana ha habido un ejemplo palmario cuando los ayuntamientos de Torrelavega, Reocín y Los Corrales de Buelna tuvieron que cerrar las piscinas porque 'alguien' había defecado en el agua. Internet confirma el hecho de que en varias localidades españolas se ha repetido este escatológico ejemplo —tan insólito como desagradable— que no es otra cosa que el reto viral de excretar en piscinas comunitarias. Sí, como lo leen: Jóvenes que, por unos segundos de fama, han decidido convertir un lugar de ocio y descanso en un espacio asqueroso, solo para grabarlo, compartirlo y presumir de su 'hazaña'. Y lo peor es que no se trata de dos casos aislados: es uno más en una lista de desafíos absurdos y peligrosos que se suceden.Este tipo de retos revela una carencia de principios básicos, de valores, que ni el más brillante currículum logra tapar. Nos hemos obsesionado con la excelencia académica y la destreza tecnológica, pero abandonando la educación emocional, la empatía y la conciencia de comunidad. Los más jóvenes son extremadamente expertos en programar, subir videos, editar clips virales, pero, a veces, cuando asistimos a casos como estos, uno no sabe qué pensar. Las redes sociales son las principales cómplices de estos hechos. Los algoritmos premian lo grotesco, lo extremo, lo que genera clics y comentarios, sin filtro ni consecuencias. Y, mientras tanto, la familia, la escuela y la sociedad parecen reaccionar siempre tarde, cuando hay poco más que hacer que indignarse. Quizás es hora de empezar a preguntarnos para qué estamos realmente preparados. Podemos reírnos, escandalizarnos o, cómo solemos hacer, culpar únicamente a la juventud irresponsable, pero este fenómeno debería hacernos reflexionar sobre algo más profundo: ¿De qué sirve tanta preparación si hay una manifiesta incapacidad de entender que nuestras acciones tienen consecuencias colectivas? Por eso, más que burlarnos o escandalizarnos, la pregunta real es: ¿Qué estamos haciendo (o dejando de hacer) para que un adolescente prefiera hacerse viral defecando en una piscina que destacar por algo mejor? La cuestión no es una mera anécdota. Las redes premian la inmediatez y, en muchos casos, la provocación. Mientras tanto, las iniciativas de servicio comunitario o voluntariado suelen carecer de visibilidad; se perciben como poco estimulantes o burocráticas y, con frecuencia, no encuentran vías efectivas para conectar con los intereses reales de la juventud. Y vuelta al valor de las cámaras de vigilancia, además de para recaudar, seguramente la instalación de este sistema ayudaría a contener la realización de estos actos execrables. Por ejemplo, defecar en una piscina.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes La 'hazaña' de retar a la sociedad excretando