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Donald Trump juega con el mundo de las cifras y los embustes, donde el mercadeo se viste de política y la vanidad se disfraza de ... poder. En este gran mercado global, en que se comercia compitiendo en algunas ocasiones y cooperando en otras, emerge la figura del presidente norteamericano, mercader de ilusiones y tahúr de la economía. Su arte no es la gobernanza, sino el regateo; no es la diplomacia, sino la intimidación. Como aquel que en el zoco de Fez alza la voz para espantar al comprador y luego baja el precio con sonrisa de zorro, así actúa este señor de las torres doradas y la piel curtida por el sol de su propia arrogancia.

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eldiariomontanes El juego de Trump