Álvaro Pombo, Medalla de Oro de Cantabria
Enhorabuena a este poeta, novelista, filósofo, filólogo, teólogo y actor de sí mismo con mirada de águila y palabra impredecible
Este quijotesco don Álvaro Pombo García de los Ríos que escribe como habla, es decir, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, dichas con gracia ... y originalidad, no podía fallar en un momento importante de su vida. Tiró de su quebrantada salud y acudió a Alcalá de Henares para recibir el Premio Cervantes de manos del rey, Felipe VI. Lo recibió sentado en silla de ruedas, cubierto con gorro marinero, como un grande de España salido del bronco mar de los cántabros. El ministro de Cultura, Ernesto Urtasun, primero en los discursos, saludó al autor de 'Santander, 1936', cuyo nombre, dijo, resuena con el empaque y la prestancia algo solemne de un dodecasílabo, como al más singular de nuestros escritores, «un verso único, suelto y excepcional en el texto de las letras españolas». El rey y la reina se desplazaron de la presidencia al lugar que ocupaba el escritor para entregarle los símbolos del premio. Habló el rey del nacimiento del escritor en Santander, dentro de una familia aficionada a contar historias, circunstancias que no dejan de aparecer en sus libros; dijo, de paso, que la edad le ha dado un noble aspecto quijotesco, y glosó las cualidades de bondad, verdad y claridad como características de su obra.
El discurso del premiado lo leyó su amigo, el profesor Mario Crespo. Examina la fenomenología de la fragilidad a través del Quijote y el Licenciado Vidriera, que va con nosotros en las «últimas fragilidades y tarumbancias de nuestro descabalado siglo XX y XXI, y ahora, en que nadie se bate por su honor, por España, ni por el Tato». Recordó el arraigo castellano de los Pombo, que viene de Santander y Palencia, cuando eran provincias hermanas de Castilla la Vieja.
Esto ocurría en el pasado mes de abril. El día once de este mes, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, entregó al prócer santanderino, en su casa de Madrid, la Medalla de Oro de Cantabria como «símbolo del vínculo indestructible entre su escritura y su tierra». Acompañaban, en el recuerdo, a la presidenta, Beato de Liébana, Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Pereda, don Marcelino, Amós de Escalante, Concha Espina… y los ganadores del Cervantes Gerardo Diego y José Hierro.
Enhorabuena Álvaro Pombo García de los Ríos, poeta, novelista, filósofo, filólogo, teólogo y actor de sí mismo. Quien no conozca esta última faceta suya, que no deje de verle en la ponencia que dedicó a Juan Ramón Jiménez en Puertorico; está en Youtube.
La Asociación Foramontanos Siglo XXI espera día y hora para rendirle homenaje en su domicilio madrileño. Esperamos verte allí, querido don Álvaro, con tu cordialidad y buen ánimo, con tu mirada de águila y palabra impredecible.
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