Un privilegio para Cantabria

En primer lugar, al vincularse dicha colección al proyecto de adecuación del Banco de España, se garantizan para siempre tres aspectos fundamentales: que el Archivo no se dispersa; que no se aleja de Cantabria; y que servirá para incrementar la fama de ciudad cultural internacional de Santander, al servicio de la educación, la cultura, y una nueva turística dinámica de calidad y superación de la estacionalidad.

En segundo lugar, es el momento de la gratitud, desde las primeras gestiones realizadas por José María Lasalle como secretario de Estado y por Íñigo de la Serna como alcalde, hasta la propia posición del empresario José María Lafuente, que ha dedicado su vida a coleccionar con cariño un patrimonio tan valioso y tan único, en contacto con los circuitos internacionales más importantes. El empresario siempre albergó la ilusión de que su esfuerzo de años se convirtiera en un legado para Cantabria y España. Hay que agradecerle esa constancia de ánimo.

Hay otra firme voluntad que ha hecho realidad esta 'Operación Archivo', la del historiador valenciano Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, como también lo fue el recientemente fallecido ex ministro de Cultura José Guirao, quien al poco de asumir la cartera se ocupó de despejar cualquier duda sobre el proyecto conjunto para la sede santanderina del Banco de España. Un edificio histórico de la capital que fue conseguido por Cantabria durante la presidencia autonómica de Ignacio Diego, en gestiones ante el ministro Cristóbal Montoro, aunque en aquel inicial momento se pensó que su destino habría de ser como Mupac. La oportunidad del Reina Sofía y las dificultades para alojar toda la riqueza arqueológica en el Banco cambiaron pronto la finalidad del inmueble, que ahora afronta una importante obra de reforma.

En tercer lugar, es preciso subrayar que dicho equipamiento colocará automáticamente a Santander en el mapa del arte contemporáneo internacional, y que la marca mundialmente reconocible del Reina Sofía entrará en sinergia inmediata con el Centro Botín, también centrado en lo contemporáneo. Así, una vez se terminen las obras de la antigua sede del Banco Santander en el Paseo de Pereda para museo de los ricos fondos artísticos que posee, el centro de la capital de Cantabria habrá creado un polo de atracción de visitantes muy potente y de proyección internacional, por lo que será herramienta decisiva para superar la actual oscilación de la temporada turística, y llenar de público los fines de semana y puentes de los otros nueve meses. Esto, a su vez, es un acicate para otros agentes culturales que programan eventos de las diversas artes, y para las propias universidades en su labor cultural. Todos los sectores que se mueven en torno al turismo, como el transporte, alojamiento, gastronomía y comercio se verán beneficiados. Este impacto positivo se proyectará por toda la región, que así podrá aprovechar nuevas oportunidades culturales y económicas.

Causa cierta extraña sensación pensar que durante mucho tiempo la colección ha estado alojada, aun con todas las garantías técnicas y prevenciones, en un polígono industrial de Cantabria. Claramente no era ya el lugar apropiado para un tesoro cultural que merecía ser dominio público y estar a disposición de todos. Al final del camino, la pasión personal de José María Lafuente se ha convertido en anticipación de una inversión pública con un gran valor para toda Cantabria. Confiemos en que ahora todos los proyectos culturales se desarrollen a buen ritmo y sin más estiramientos de los calendarios. Es una de las grandes bazas de nuestra comunidad, y hay que aprovecharla sin dilaciones.