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Pudor de pareja

De la vergüenza, desconocimiento e inseguridad se llega al ostracismo

Domingo, 11 de mayo 2025, 07:44

Creo que seguimos viviendo los efectos de una cierta represión en el ámbito sexual, en el de las relaciones sexuales. Creo que sigue habiendo una escasez de educación sexual hacia los hijos, y seguramente también hacia los padres. Creo que esas carencias se justifican por el imperio de la pornografía en los jóvenes adolescentes y también por la adicción al sexo en adultos sin adolescencia adecuada.

Una de las consecuencias de estas situaciones es que, curiosamente, existe cierto grado de pudor por hablar, en pareja, sobre la relación sexual que se mantiene dentro de la misma; sobre los deseos que cada uno pueda tener, la satisfacción que se pretenda conseguir y, en muchos casos, la inexistencia de relaciones durante más tiempo del conveniente dentro de la pareja. Esas carencias o necesidades y la falta de diálogo, todo ello, provoca muchas de las fugas que cualquiera es capaz de imaginar en este sentido.

Curiosamente en las canciones, en los libros (ya sucedió con 'Anatomía de Grey' o con las novelas de Megan Maxwell), en las películas, en los chistes que contamos, en los 'memes' que compartimos, hay cargas eróticas o sexuales implícitas o explícitas, pero en el entorno de la pareja, con la persona con la que compartimos vida y misterios, habitualmente existe cierto pudor para hablar de estas cosas. Considero que hay pocos momentos en el día a día más ricos y satisfactorios que el de intimidad con tu pareja, en donde, como decía Camilo José Cela, «no sé si mi pie es mío o es el de mi mujer» y, sin embargo, esos momentos de intimidad por historias personales, por carencias en la educación sexual, por vergüenzas, en definitiva, por un enfoque distorsionado de lo que es el sexo en la relación de pareja, al final hace perder esa complicidad que tiene que existir, no solo en lo personal, familiar o afectivo, sino también en lo sexual. También, como cantaba Aute, «si al sexo no se le echa perejil se queda en puro vodevil». El pudor nace de la vergüenza, ésta del desconocimiento y de la inseguridad y al final se llega al ostracismo.

Esta reflexión es la de un simple ciudadano, que no pretende dar lecciones a nadie, ¡Dios me libre!, que, sin ser experto en nada, percibe este tipo de situaciones que, lamentablemente, llegan a hacer costra emocional en las personas y hace que se pierda la frescura, la que seguramente provocó el acercamiento de esa pareja tiempo o años atrás. E insisto, el problema es que al final o existen fugas o se acaba la relación, porque de la convivencia, al final, se acabe llegando a la conveniencia y eso es algo que nunca es conveniente. De sexo a sexo: Hablemos.

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